Había pasado una semana desde la última vez que ví a Tobio, no había ido a la escuela desde entonces, mi madre no entendía la razón y yo tampoco quería decírsela, pero sentía que ya era el momento.
Era hora del almuerzo, estábamos comiendo en silencio, todo era tranquilo, pero me sentí ansioso; el miedo me respiraba en la nuca, sentía el vómito en mi garganta; ya me estaba arrepintiendo en la decisión que iba a tomar.
Mi hermana menor, Natsu se había ido a la escuela más temprano, y solo estábamos mi madre y yo. El silencio era incómodo para mí, pero ella lo rompió.- Shoyo, ¿estás bien?- preguntó.
- Claro mamá, ¿por qué?
- No haz tocado tu comida, solo hiciste figuras con el arroz.
Mierda, ahora empezaba a sudar frío y tenía un nudo en la garganta, ¿por qué tenía que ser débil?
- Mamá, ¿podemos hablar?- pregunté con la vos rota.
- Claro cariño, estoy preocupada por ti.
Se sentía el peor hijo del mundo, su madre era tan buena como para decepcionarla de esa forma .
Su madre había dado muchísimo por él.
Había pasado una situación casi similar a la suya; después de todo lo tuvo con solo 18 años, cuando se enamoró de su padre, que para ese entonces tenía 25. La relación no era muy buena, así que se terminaron divorciando después de tener a su hermana pequeña; su padre se fue a su país natal, Rusia; solo se comunicaba con él o su hermana para fechas importantes como ser sus cumpleaños o navidad, sabía que había formado una familia con otra mujer, había tenido más hijos y pues eso lo hacía sentir mal, ya que sus hermanastros tenían a sus dos padres juntos, mientras que él solo se había criado con su madre, sin un padre presente, el cual se conformaba con comunicarse con él y Natsu una a dos veces al año y solo mandarles dinero para gastos. Al menos era responsable en ese aspecto.Le dolía el hecho de que si llegaba a tener a su bebé, a este le tocaría tener la infancia que él tuvo, sin una figura paterna a su lado. Eso lo hacía sentirse peor, ya que Shoyo siempre juró que en un futuro él nunca permitiría que a sus hijos les faltara nada, mucho menos un padre.
Lastima que ese juramento se rompió.
Luego de pensar mucho, sintió que su madre apoyaba su mano sobre la suya, como una muestra de que estaba ahí para él. Y eso lo agradecía bastante.
De pronto tuvo las fuerzas para poder hablar, ya que no quería cargar con ese peso.- Mamá, yo... Tengo algo que decirte.
- Dímelo Sho, estoy aquí para escucharte, es peor que te quedes callado y sigas cargando con eso tu solo.
- Mamá...- para ese momento no podía ver con claridad, las lágrimas nublaban mi vista.- Lo siento mucho.- dije dejando que las lágrimas salieron de mis ojos, mojando mis mejillas.
- Cariño, ¿está todo bien? Me estás preocupando, si es por una mala nota no te debes preocupar, podemos hablar con el maestro para que te ayude.
- No es eso...- mencioné en un hilo de voz, que solo ella logró escuchar.
- ¿Peleaste con Tobio?- con eso sentí mi corazón romperse nuevamente, ni siquiera quería escuchar ese nombre.
- Mamá, estoy esperando un hijo de Tobio- solté de golpe, ya que se sentía presionado.
Pasaron unos minutos, que para mí fueron eternos, en los cuales solo inundaba el silencio.
Sentía que en cualquier momento caería al piso.Hasta que su madre rompió el silencio nuevamente.
- Shoyo, sabes que no me agrandan las bromas de este tipo.- dijo totalmente seria.
- No es ninguna broma, mamá, esto es en serio; por favor, perdóname; no sé qué hacer, tengo mucho miedo, mami.
- Shoyo, yo...

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Shoyo's Secret
FanfictionShoyo tiene un cambio rotundo en su vida, luego de dejar todo lo que tenía en Japón se mudó a Ohio(Estados Unidos). Gracias a sus amigos Keiji y Kenma, consiguió trabajo en Victoria's Secret; una empresa basada en Lencería y cosméticos. Al ser un om...