RB 1 - El Monstruo del Bosque

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La familia Wright tiene un árbol genealógico bastante grande, pero decidieron dividirse en grupos familiares. Era más cómodo para ellos centrarse en su familia cercana, a tener que convivir con cada uno de los Wright. En fin, cada núcleo tiene su propia historia, sus propias costumbres y demás, pero todas están relacionadas, de una u otra manera, con el mundo paranormal.

En Harmontt, está la vieja creencia de que los Wright tenían algún pacto con el diablo, y las actitudes de los hijos de los famosos hermanos Ronan y Ethan Wright solo empeoraban la situación. Para las personas, los Wright eran malos augurios y escalofriantes desgracias.

Pero la historia verdadera va así, hace muchos años, una pequeña niña llamada Lucy estaba paseando en el bosque, era parte de su rutina diaria y amaba recoger flores preciosas que encontraba en el camino para regalárselas a su madre.

Era un recorrido que conocía como la palma de su mano, y su madre, conociendo a cada uno de los aldeanos del lugar, estaba más que segura que su pequeña hija estaría bien. Siempre y cuando se mantuviera dentro del camino. Pero un día, Lucy se adentró a una parte del bosque que ella no conocía, dicen que la curiosidad de un niño no tiene límites.

Solo que Lucy no se encontró con un campo lleno de hermosas flores, ni un estanque con aguas pacíficas. No. En ese lugar el canto de los bellos pajaritos ya no se escuchaba, la hermosa luz dorada ya no iluminaba el camino y los grandes árboles ya no eran tan acogedores. La tierra estaba cubierta de ramas, plantas muertas y hojas tan oscuras como la misma noche.

Lucy sintió un horrible frío que le calaba los huesos y su pequeña mente no pudo comprender cómo un lugar como ese podía existir en su fantástico bosque. Un gutural sonido, proveniente de lo profundo del bosque, le erizó la piel y, por más que buscara su origen con la mirada, su vista era bloqueada por la espesa niebla.

Su respiración comenzó a acelerarse y su corazón añoraba estar en los seguros brazos de su madre. Rápidamente, se giró para regresar por el mismo camino que llego, solo para chocar de bruces con un árbol. Lucy gritó al caer bruscamente al suelo y con horror vio cómo el árbol comenzaba a sangrar.

Sus inocentes ojos se llenaron de lágrimas al ver la horrible escena, pues para la pequeña los árboles siempre habían sido puros, pero no ese. Por inercia, su cuerpo comenzó a retroceder. No le importó los rasguños que las ramas le hacían a sus manos o que el lodo manchara su delicado vestido turquesa que su madre le había regalado.

Su joven mente divagó, porque era lo único que su subconsciente podía hacer para ayudar a la aterrada niña.

Fue el espantoso sonido lo que la trajo de vuelta a su oscura realidad. Aquel sonido que parecía una unión de voces, que más bien se escuchaban como alaridos inarticulados, lograron desterrar el último grano de cordura de la pequeña y sumirla en un mar de sollozos desesperados.

Lucy gritaba por su madre, rogaba por alguien, porque en su corazón sabía que, lo que fuera que estuviera creando esos sonidos, no sería precisamente un amigo. El bosque cada vez se hacía más oscuro y el sepulcral silencio del ambiente era desalentador. Lucy lloró, porque sabía que no volvería con su madre, y se culpó por ignorar las advertencias de los aldeanos de no adentrarse tanto en su amado bosque.

Ruidosas pisadas se unieron a los alaridos y las hojas y ramas crujían cada vez más cerca de la pequeña. Con las pocas fuerzas que le quedaban, Lucy se puso de pie para observar con evidente terror el lugar de donde provenían los sonidos. Su cuerpo completo temblaba sin control, sus piernas apenas lograban mantenerla en pie y sus manos apretaban con fuerza la falda de su vestido.

Sin esperanzas, esperó.

Pero lo que la pequeña no sabía era que, así como esa clase de oscuras y malignas criaturas existían, también lo hacían aquellos que luchaban contra ellas para exterminarlas. Una pesada mano sostuvo su delgada muñeca y la pequeña sintió como el corazón se le subió a la garganta, lentamente giró su cabeza para enfrentar a lo que estaba a su lado.

Un tembloroso sonido escapó de sus labios cuando lo que vio fue el rostro de un hombre y no de un monstruo. El desconocido le hizo una seña para guardar silencio y Lucy asintió.

El hombre era alto y vestía completamente de negro, pero lo que llamó la atención de la pequeña fue la gran cicatriz que cruzaba su ojo derecho. Lucy entonces no tenía idea quién era la persona que la estaba salvando, pero años después descubriría que su nombre era Michael Wright.

Michael era uno de los pocos cazadores que luchaban contra el mal, conocido por sus grandes hazañas, temido por sus horribles métodos y quien comenzó con el legado de los Wright. Pero para Lucy, él era un enviado de los cielos.

Nunca más supo de él y nunca más se adentró a esa zona del bosque.

Jamás contó su historia, pero la continuó viviendo una y otra vez en las noches de luna llena.


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¡Aquí les dejo el Relato Breve 1! Les recomiendo escuchar la playlist que les dejé en la introducción, le da otro toque 👀

PD: No se adentren solos al bosque.

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⏰ Última actualización: Nov 20, 2023 ⏰

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