𝐎𝐧𝐞 𝐜𝐡𝐨𝐢𝐜𝐞 -' 𝐇𝐞𝐞𝐣𝐚𝐤𝐞𝐡𝐨𝐨𝐧 [Editando]

IV

—Tremenda fila había. Toma Won, Jay.

Heeseung atravesó la puerta de la azotea, se acercó a sus amigos y les dio a ambos las bebidas de su preferencia.

—Gracias hyung —dijo Jungwon sonriendo

—La próxima vez hago yo la fila — le siguió Jay levantando la botella

—La próxima vez, mejor dignate a contestar el grupo y no aparecer de repente cuando quieras —reclamó.

Sunghoon se encontraba sentado  plasmado viendo su celular y no se daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor, como de costumbre cuando se concentra mucho en una cosa.

—Hoon —Llamó Heeseung, buscando su atención.

Al no recibir respuesta, dirigió una mirada de intriga hacia sus otros amigos

—¿Qué le pasa? —preguntó, señalandolo.

—Está hipnotizado con lo que sea que esté haciendo en su celular, lleva así desde que te fuiste —informó Jay.

Heeseung puso los ojos en blanco y se acercó bruscamente a Sunghoon.

—¿Es que acaso estás hablando con el amor de tu vida que no me escuchas? —inquirió, dándose la libertad de arrebatarle el teléfono de las manos.

Sunghoon lo fulminó con la mirada. Se puso de pie y lo empujó con poca fuerza

—¡Oye! ¿Qué haces?

Intentó hacerse con su teléfono pero no dio resultado, Heeseung ya estaba haciendo todo tipo de maniobras para que no lo consiguiera

—¡¿Por qué?! —gruñó mientras aún forcejeaba

Heeseung pasó el objeto por detrás de su espalda y le sonrió a su amigo. Sunghoon sintió sus mejillas arder de la impotencia, ya sabía que lo estaba molestando.

—¡No te hartas de joderme!

Heeseung rio.

—Ya, ¿pero qué tienes ahí? ¿Qué estabas mirando?

Al no conseguir respuesta, movió el teléfono de detrás de su columna y lo desplazó hacia un costado de su cintura mirándolo de reojo

—¡¿Por qué querrías saberlo?! —
Sunghoon acercó su mano de nuevo hacia el objeto pero esta vez antes de que pudiera tenerlo en su posesión, Heeseung reaccionó ágilmente y lo devolvió a donde lo tenía anteriormente. Esto hizo que sin intención, Sunghoon terminara abrazado de él.

Heeseung parpadeó, desconcertado, olvidando el aparato que tenía que proteger de Sunghoon, que aprovecho eso para finalmente arrebatarselo.

Al darse cuenta de la posición en la que estaban, Sunghoon miró a Heeseung y se percató de su ceño fruncido; su cabello platinado caía sobre su rostro y relucia con los rayos del sol mientras lo miraba.