01

14 3 1
                                    

—Deja tus cosas y cámbiate, vamos a comer —dijo mi madre sin despegar la mirada de su celular.
Asentí de mala contra la almohada para después sentir como cerraba la puerta.

Llevaba menos de una hora en Disney y ya estaba siendo todo menos un cuento de hadas. Mis padres habían decidido darle de regalo de cumpleaños a mi hermana Melody de 10 años su mayor  anhelo: ir a Disney World. A lo que a mí respecta me pareció una completa locura, ni siquiera lo iba a recordar cuando sea mayor y este viaje no fue muy barato que digamos.

Me puse de pie como si fuera un zombie y fui directo a mi maleta para luego cambiarme a unos boyfriend jeans junto con un crop top azul marino sin mangas. Termine de ponerme botas y retocarme el maquillaje, tome mi cartera, celular, lentes de sol para después salir y encontrarme con mi familia viendo la televisión.
—Karisma ¿a qué princesa quieres ver primero? Yo quiero ver a Ariel, es mi favorita —dijo Melody demasiado rápido para que lo procesara.
—Las vamos a ver a todas, Meli, cálmate —dije con fastidio mientras la tomaba de la mano y nos dirigíamos a la puerta seguidas de mis padres.

Caminábamos por las grandes calles del complejo turístico que todo niño desea ir, mientras que lo único en que pensaba era en cómo lo iba a hacer para sobrevivir en Italia en mi primer año de universidad.
Iba a estudiar historia del arte en una academia ubicada allá. Me habían dado una beca después de ver algunas pinturas que había hecho para un concurso que hice en la preparatoria. Estaría sola en otro continente y eso me aterraba.

Miraba hacia mi entorno dándome cuenta que ya perdí a mi familia, siempre lo mismo.
Estaba al frente de una pequeña tienda que vendía jugos de distintas frutas decorada de Mickey Mouse y habían unos dos niños comparando algo acompañados creo que de su padre. Aproveche la oportunidad para acercarme para comprar algo para beber, debían haber más de 30° aquí.
Espere en la fila y justo cuando los niños se dieron vuelta junto con su padre, chocamos casi derramando su bebida en mi.
—Lo siento, no me fijé por donde donde iba —se disculpó con una mirada de preocupación mirando mi hacia abajo buscando alguna mancha.

—A la próxima fíjate —respondí con una mueca.
Fije mi mirada en su rostro el cual cuando le respondí se quedo asombrado. Era demasiado alto, pálido y rubio, no era mi tipo.
Pase de él y pedí un jugo de sandia, lo pague y cuando me di vuelta todavía yacía el susodicho con una sonrisa.

—¿Qué miras? —le pregunte de mala gana sorbiendo de la bombilla del jugo.
—Te pareces a mi ex —afirmó con una sonrisa juguetona.
—Nunca un desconocido me había insultado así, espero que te sientas orgulloso.
Pase por su lado chocando con su hombro para alejarme de ese tipo que quizás sea un pedofilo, pobres de sus hijos.

Tome mi celular para llamar a mi padre para saber dónde diablos estaban.

—Lo decía de buena manera, ella era muy linda y tenía tú mismo carácter.
Nuevamente el chico se me acercó ahora sin un jugo en su mano.
—¿Me debo de sentir halagada? Por qué estás logrando de que llame a los de seguridad.
—No, no, no—dijo muy rápido, negando—solo quería hablar contigo —se rascó su cuello avergonzado.
—¿A caso a tu esposa no le molesta que hables conmigo? —pregunte recordando a sus hijos.
—¿Qué? —sus facciones cambiaron a confusión— Ah... Ellos no son mis hijos —afirmó señalando a los niños que estaban en la fila de un juego— son mis sobrinos.— terminó sonriendo.
—Te ves muy adulto con esa barba y lo alto que eres —empece a caminar mientras él me acompañaba.
—No puedo decir lo mismo de ti, eres muy baja y tienes una cara tierna.
—¿Gracias? —dije volcando los ojos, no es mi culpa que sea un edificio.

Caminábamos sin decir nada, era muy incomodo que un desconocido te acompañará.
—Y... ¿Cómo te llamas? —preguntó mirándome directamente a los ojos.
Sus ojos eran de un azul casi celestes podía ver lo interesado que estaba en mi respuesta.
—Karisma Holligan y ¿tu? —si quería que esto sea menso incomodo tenía que mostrar interés hacia el chico.
—Que lindo nombre, nunca había oído a alguien llamado así —miró hacia al frente perdido en sus pensamientos— Luke, Luke Hemmings.
Me ofreció su mano y dude un poco en estrecharla pero lo hice.
—Siempre todos me dicen eso—dije negando— lo del nombre raro no lo de que es lindo —me reí al recordarlo.
El río conmigo, era linda sus risa, ni tal ruidosa ni tan callada.
Y ahí supe que Luke no iba a ser un simple desconocido.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 05, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Disney World Baby; lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora