La doctora Kang no sólo es famosa por ser la mejor de su área apesar de su corta edad, sino también por robar los corazones de sus pacientes.
Han Seojun está apunto de comprobarlo.
AU TRUE BEAUTY
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— ¿Así que ella está en una junta justo ahora y por eso no pudo venir personalmente a revisarme? —Seojun repitió la pregunta por tercera vez, la mujer asintió de nuevo— ¿muy importante?
Sinceramente, la pobre enfermera creyó que sería genial tener una celebridad tan atractiva a su cuidado, incluso si no podía revelar mucho por el acuerdo de confidencialidad que la hicieron firmar, ella aun así presumió con su hermana mayor.
Oh, cuanto se arrepentía ahora.
— si —repitió— la Doctora Kang es una mujer muy ocupada, después del director Kang ella es la segunda mejor aquí, así que suele tener muchas responsabilidades
— ¿director Kang? —Seojun cruzó sus brazos— ambos tienen el mismo apellido, ¿son familiares?
— el director es padre la señorita Kang —respondió mientras terminaba de revisar el suero de esa mañana— no es sorpresa que haya escalado tan rápido
Seojun alzó ambas cejas, curioso del tono que había utilizado la joven mujer.
— wah, en ese caso ella debe ser muy talentosa, no es común escuchar sobre una doctora tan solicitada a... ¿cuántos años dijiste que tenía?
Suyeon se giró para mirar al hombre.
— cumplió 28 este año
Seojun sonrió, ambos tenían la misma edad.
— wahhh, ella es realmente joven —Suyeon asintió— ¿es la única hija del director?
— lo es, es la heredera del imperio Kang, por eso muchos aquí la envidian, por nacer en cuna de oro
Seojun entrecerró los ojos, no solo era bonita, aterradora y talentosa, también era rica.
— wah ¿chincha? —suyeon asintió, más relajada— y dígame enfermera Suyeon...—hizo una pausa, dejando que la intriga se viera reflejada en los claros ojos de la más baja— ¿tú también la envidias?, a la Doctora Kang
Suyeon se tomó el tiempo de pensar su respuesta, si bien desde que llegó había trabajado para la señorita Kang y sabía lo dura que está podía ser, también estaba consiente de todo el trabajo que llevaba en sus hombros. Día y noche la vio trabajar, dentro y fuera de su oficina, atendiendo pacientes, yendo a juntas, enseñando a practicantes e internos. Suyeon no podía recordar un día en que la Doctora Kang se haya ido a casa antes que ella.
— no lo hago —negó con la cabeza— estoy segura de que muchos deben desear estar en el lugar de la señorita Kang, pero ese no es mi caso
