LOS MALFOY

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Al llegar a Londres los Corleone no fueron directo con los Malfoy.
De hecho, en el Viaje platicaron mucho con Alessandra, y ella les contó su vida, como vivió en Noruega. Su padre hacía muchos planes con ella.

-Hija... perdón, Alessandra- dijo Michael con tristeza.
-No te preocupes, papá, puedes decirme hija. Sirve que nos acostumbramos- exclamo Alessandra.
Michael la abrazo con tristeza y Apollonia observaba con los ojos cristalizados.

Michael la consintió al llegar a las tiendas de Londres, le compro mucha ropa que creía apropiada y linda para su hija. La llevo al parque de atracciones ya que en la ciudad donde vivían no había.

En la tarde llegaron con la familia Malfoy.
Alessandra estaba muy nerviosa, era una mansión muy grande y ella no estaba acostumbrada a ese tipo de lujos, se sentía muy inferior.

Al entrar a la mansión los recibió un elfo. La pequeña Alessandra se asustó demasiado.
El elfo para calmarla hizo crecer un hermoso tulipán rosa de su mano y su miedo ceso y el elfo le entrego la flor y se presentó.

-Buenos tardes Sr. y Sra. Corleone, y un gusto conocerla Srta. Corleone. Mi nombre es Dobby. Soy el elfo doméstico. Mis amos los esperan en la sala de esta- dijo el elfo.
-Gracias Dobby- dijiste y con eso entraron.

Los Malfoy saludaron a Michael y Apollonia, eran muy buenos amigos.  Alessandra se presentó con los Malfoy.
Narcissa le dijo que podía ir al jardín, que ahí estaría su hijo Draco. Dobby la llevó hacia el jardín para ella encontrarse con un niño, con una piel blanca, blanca como la nieve, un cabello rubio platinado, y unos ojos grisáceos. Y el niño se quedó mirándola por un rato hasta que ella habló.

-Hola, soy Alessandra ... Corleone, Alessandra Corleone- dijo nerviosa, pensando que la despreciaría. En la ciudad los niños ricos por lo general eran muy arrogantes, o eso le dijeron sus primos mayores.

-Hola, Corleone. Yo son Malfoy, Draco Malfoy- dijo y se dieron la mano.

-Tu mamá me dijo que viniera contigo- dijo ella aun nerviosa.

-Seguramente estarán platicando cosas importantes y no quieren que escuchemos... ¿quieres jugar Quidditch? - preguntando el nervioso por ser rechazado.

-No sé qué es eso, pero ¿no quieres espiar para saber de qué hablan? - preguntó curiosa.

-Me agrada, vamos- dijo el sonriente.

A risas inocentes fueron a escuchar los planes de sus padres.
Básicamente escucharon que Alessandra se quedaría con los Malfoy por las tardes para tomar cursos de modales y sobre magia durante las vacaciones. Ella entraría a Beauxbatons cumpliendo los 11 años y en vacaciones estarían con los Malfoy, para las clases.
Es común que en las familias de Elite preparen a sus hijos para la sociedad. Ya que hacen bailes y cotilleos para los futuros matrimonios de la sociedad. 

Cumpliendo los 18 años empiezan a ir a los cotilleos si es que aun sus padres no les arreglan un matrimonio. Por eso se les prepara desde pequeños. A las mujeres les dan clases de baile clásico y un poco de canto, aunque no a muchas se les da muy bien. También se les enseña a confeccionar, modales, idiomas, a caminar, a ser amas de casa, cosas muy superficiales y sexistas.

Después los dos niños regresaron al patio, pero ahora Alessandra estaba preocupada y triste, diciendo que extrañaba a sus pocos amigos y familiares, haciendo énfasis en su hermano.

-No te preocupes Alessandra, desde ahora seremos mejores amigos, yo te cuidare para que no te sientas sola- dijo el pequeño Draco.
La pequeña Alessandra no dijo nada solo lo abrazo, él se sorprendió, pero le siguió el abrazo.

2 AÑOS DESPUES

Todo el año Alessandra tuvo éxito en sus clases de magia e igual en la de modales, aprendía rápido, demasiado a lo esperado, alcanzando o sobrepasando a Draco.

Alessandra entro a Beauxbatons y Draco a Hogwarts y como sus padres dijeron, Alessandra iba todas las vacaciones a la mansión Malfoy, aun que aveves se quedaba en Italia en la mansión de su abuelo. Había ocasiones en las que iban personas a ver a su abuelo y él era muy severo y serio con ellos, pero ellos se iban y Alessandra y su abuelo, Vito Corleone, él era muy juguetón, se reían, platicaban, ella corría por el jardín y se escondía y el la buscaba. Le compraba muchas cosas, cocinaban juntos, y él le contaba muchas historias. Él fue quien le hablo de la moral que tenía la familia y sus valores.


ME AND MY SNOWMANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora