Capítulo 1

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 Encuentro Fortuito

El sol brillaba en el cielo despejado de la Academia U.A., pintando de tonos cálidos el campo de entrenamiento donde los futuros héroes se esforzaban por superarse. Katsuki Bakugo e Izuku Midoriya, con sus sueños y rivalidades a cuestas, se enfrentaban en un combate de entrenamiento. Explosiones y destellos verdes llenaban el aire, dejando claro que esta batalla era más que un simple ejercicio.
Después de la clase, Bakugo se encontró solo en el vestuario. El sonido de las duchas y risas distantes llenaba el espacio. Mientras se despojaba del traje de héroe, su mente revivía los momentos del enfrentamiento. De repente, la puerta se abrió, revelando a Midoriya con una sonrisa nerviosa. "¡Hola, Bakugo! ¿Cómo estuvo tu entrenamiento?"

Bakugo gruñó en respuesta, sintiendo el sudor aún fresco en su piel. Miró a Midoriya, quien parecía ansioso pero amigable."¿Hay algo que quieras... decirme?"Bakugo estaba a punto de responder con su habitual bravuconería cuando las palabras se atascaron en su garganta. Su mirada se encontró con la de Midoriya, y por un instante, se quedaron en silencio, como si algo más se estuviera gestando entre ellos.Bakugo: "Olvidalo, nerd. No tengo tiempo para tus tonterías."

Midoriya inclinó la cabeza, pero sus ojos seguían buscando algo más en la expresión de Bakugo. Se despidieron con un gesto de cabeza y se dirigieron hacia sus respectivos dormitorios.Esa noche, la academia estaba envuelta en un silencio inusual. Bakugo se encontraba en su habitación, incapaz de quitarse de la cabeza la imagen de Midoriya en el vestuario. No podía entender por qué algo tan trivial le estaba afectando.

Al día siguiente, durante una clase de estrategia de combate, Bakugo y Midoriya se encontraron trabajando juntos en un ejercicio. Aunque la rivalidad persistía, algo en el aire era diferente. Se miraban de manera diferente, como si hubiera una comprensión no verbal entre ellos.Después de la clase, mientras caminaban por los pasillos vacíos, Bakugo sintió la necesidad de romper el silencio incómodo.

Bakugo: "Maldición, nerd, ¿qué estás tramando?"Midoriya parpadeó, sorprendido por la pregunta directa.Midoriya: "¿Tramando? No estoy tramando nada, solo... pensaba en todo lo que hemos pasado juntos."Bakugo frunció el ceño, pero algo en las palabras de Midoriya resonó en su interior. Habían pasado por tantas cosas juntos: desde la niñez hasta la academia de héroes. ¿Qué era lo que le afectaba tanto?

A medida que los días pasaban, Bakugo y Midoriya seguían encontrándose en situaciones cada vez más inusuales. Una tarde, después de un entrenamiento intenso, Midoriya propuso ir a tomar algo a un café cercano. Aunque Bakugo gruñó inicialmente, aceptó la invitación.Sentados en una esquina tranquila del café, el ruido de la calle de fondo, los dos héroes compartieron momentos de tranquilidad. La charla casual giraba en torno a sus sueños, sus logros y sus luchas. Bakugo, a pesar de sí mismo, comenzaba a disfrutar de la conversación.En un momento, Midoriya miró a Bakugo con curiosidad.

Midoriya: "¿Alguna vez has pensado en lo lejos que hemos llegado desde que éramos niños?"Bakugo frunció el ceño, pero esta vez no era de enojo. La pregunta resonó en su mente mientras recordaba sus días de infancia, cuando ambos soñaban con convertirse en héroes. La idea de lo lejos que habían llegado, y cómo sus caminos siempre parecían cruzarse, dejó a Bakugo en silencio.

Bakugo: "No pierdas el tiempo pensando en tonterías, nerd. No cambia nada."Midoriya sonrió, como si supiera algo que Bakugo aún no comprendía del todo. La tarde continuó, y el café se convirtió en un pequeño refugio donde las palabras fluyeron con más facilidad.

Esa noche, mientras Bakugo se recostaba en su cama, se preguntaba por qué la simple compañía de Midoriya le provocaba una extraña sensación en el pecho. La rivalidad seguía allí, pero ahora se mezclaba con algo más, algo que Bakugo no estaba listo para reconocer.A medida que los días se convertían en semanas, la conexión entre Bakugo y Midoriya se fortalecía. Sus encuentros se volvían más frecuentes, y la barrera entre la rivalidad y la camaradería comenzaba a desdibujarse.

Un día, después de un entrenamiento particularmente extenuante, ambos héroes se encontraron solos en el campo de entrenamiento. El sol comenzaba a ponerse, pintando el cielo de tonos naranjas y rosados.Midoriya: "¿Quieres tomar algo, Bakugo?"Bakugo resopló, pero aceptó. Caminaron juntos hacia la ciudad, sumergiéndose en la tranquila animación de la tarde.

En un pequeño café, rodeados por el bullicio de la ciudad, Bakugo y Midoriya compartieron un momento de tranquilidad. La conversación fluyó como el café que bebían, y la complicidad entre ellos creció con cada palabra.Midoriya: "Quizás podríamos hacer esto más a menudo. Tomar un café, hablar de nuestras vidas."

Bakugo gruñó, pero esta vez, la resistencia en su voz era menos evidente.Bakugo: "No te emociones demasiado, nerd. No significa nada."Midoriya sonrió, como si supiera que las palabras de Bakugo no reflejaban completamente lo que ambos sentían. La conexión entre ellos había evolucionado, y aunque ninguno de los dos estaba listo para admitirlo abiertamente, algo había cambiado.

Esa noche, mientras Bakugo observaba las estrellas desde su ventana, reflexionó sobre la extraña dualidad de su relación con Midoriya. Aunque la rivalidad seguía siendo una parte integral, una amistad inesperada y algo más se estaba forjando entre ellos.La historia entre Bakugo e Midoriya estaba lejos de ser simple. A medida que sus caminos se entrelazaban cada vez más, ambos héroes se encontraban en un territorio desconocido. Sus corazones, antes tan seguros de sus propios destinos, ahora latían al ritmo de una nueva melodía: una sinfonía de chispas y emociones que solo estaba comenzando a desplegarse.

CHISPAS DEL CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora