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un chico pálido arreglaba su mochila, ese día era otro en el que debia salir a buscar trabajo. habia terminado una carrera en música en cuadro de honor. lamentablemente eso no es importante para todas las empresas a las que habia postulado.

"lo siento, no tienes experiencia."

"ya tenemos compositores recomendados."

"cualquiera escribe canciones."

-puta madre.- era ya el segundo mes que andaba sin empleo desde que salio de la universidad, se sentia inútil, recorrer todo un caminó por nada. de todas formas debia seguir, almenos encontrar algo de medio tiempo.- haesoo!

entro a una cafeteria y lo primero que hizo fue llamar el nombre de su bartender favorito y amigo de la facultad.

-min puedes dejar de gritar?! estamos con malditos clientes! ahuyentaras a todos!- grito el chico.

-haesoo! por una mierda callate!- grito su colega.

y una pareja salio por la puerta.

-ves lo que haces, min.

-ajá, un americano helado.- ignoro totalmente lo que le decia el chico dandole el billete de diez para su bebida recostandose en la barra mientras su amigo comenzaba a preparar la prensadora.

-que paso? te ves horrible..- continuo preparando el café.

-me volvieron a rechazar de una empresa, de dos en realidad.. no se que haré, ya le debo como cuatro meses de renta a namjoon.- dijo suspirando mientras releía su currículum, si no habia hecho mucho laboralmente más que trabajar de repartidor de comida rápida y barista en ese mismo lugar.

-auch.. cuantas van ya?

-ah...- empezo a contar con sus dedos y cuando se le acabaron los de la mano miro su pie un rato.- doce... lo peor es que ni escuchan mis composiciones, solo de una me sacan de ahi.

-ya sabias que seria dificil mientras estudiabamos la carrera, gi.- miro a su amigo, el igualmente habia estudiado música, sin embarg mientras min se especializó en composición soo decidio ir por la rama del canto, sin duda tenia una voz privilegiada. aun asi los dos seguian asi.- yo envie audiciones a hybe y jyp, nada.

-estoy pensando en vender mis samples..- odiaba eso, todos sus conocidos lo sabian, para min sus melodías eran como sus hijas.

-tu jamás venderias tus melodias, min.-dijo haesoo mirandolo a lo lejas reacomodando sus lentes.

-no es que me pueda dar el gusto, soo..- empezo a revisar el folder de composiciones que llevana en la mochila, al rededor de 15 canciones, suficientes para venderlas por un precio modico y... no, no podia, eran sus bebés.- carajo, tienes razón no podria vender a mis bebés.- dijo apachurrando a su folder.

-te dije.- en unos segundos el cafe de min se encontraba colocado al frente suyo.- si quieres puedo decirle a hyejin que te consiga un puestos acá, por mientras... como en los viejos tiempos, gi. te parece?

min lo pensó un rato echandole poca azúcar a su café, le gustaba amargo. aún recuerda cuando trabajaba con haesoo, sobretodo como es que los clientes eran... insoportables, como más de una vez le cayó café encima por culpa de uno que otro adolescente gritón que queria tomarse una foto, como es que siempre llega algún viejo a querer decirle que haga su café como él quería a gritos e insultos y lo peor, cuando le tocaba cerrar caja y llegaban clientes a pedir delivery.

-ni cagando vuelvo.- suspiro tomandose el americano de una.- agh, esta amarguisimo, que rico, nos vemos, soo.

-como te gusta, gi.- dijo con un tono burlón recordándole a como le fue con su último ex-novio.

-ñiñiñi, no es chistoso.- volvio a la puerta del local sacándole el dedo medio.

-claro que lo es! cachudo!

-hijo de puta!-grito el pálido a lo lejos.

action! taegiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora