I: Vagabond

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La tensión en la nave insignia de la Flota Estelar era tan densa que se podía cortar con un cuchillo.

La frágil paz reinante estaba a punto de quebrarse.

En la amplia sala de juntas, que contaba con una mesa larga y sillas acolchonadas, el ambiente irradiaba una severa formalidad propia de reuniones cruciales entre altos mandos.

A través del enorme ventanal se podía apreciar la vastedad del espacio profundo, salpicado de distantes estrellas.

Solo había dos personas presentes: Uno era un hombre de edad avanzada, con el uniforme blanco inmaculado y las insignias doradas que denotaban su alto rango. El otro, varias décadas más joven, vestía un uniforme similar pero en tonos grises que indicaban su posición subalterna.

La mirada del hombre mayor era penetrante, sus ojos fijos en los del subordinado. Sus dedos largos y delgados sostenían un bolígrafo, golpeteando levemente la mesa.

El subordinado permanecía inmóvil, su rostro impasible, evitando cualquier atisbo de emoción.

El golpeteo del bolígrafo era el único sonido audible. La tensión en el ambiente era palpable mientras ambos se observaban en completo silencio, evaluándose antes de discutir la misión.

"Como bien sabe, la Pandorica es una de las prisiones más seguras que posee la Federación." Comenzó a decir el oficial superior. "Diseñada hace siglos con tecnología de contención de punta, fue construida hace siglos con tecnología avanzada y alejada en el cuadrante Delta, en un sistema no cartografiado. Su propósito: servir como prisión de máxima seguridad para los criminales más peligrosos."

El oficial joven escuchaba atentamente, manteniendo una postura erguida con las manos cruzadas tras la espalda.

"Actualmente, hay un solo prisionero en la Pandorica." Continuó explicando el veterano oficial. "Nuestros archivos sobre el prisionero son escasos."

En este punto, el oficial superior activó un panel holográfico que mostró una representación de la misteriosa prisión: una estación espacial con forma de poliedro, protegida por potentes campos de fuerza.

"Verá, hace 48 horas recibimos una transmisión codificada y encriptada cuya procedencia desconocemos."

El superior reprodujo un mensaje distorsionado que decía: "La Pandorica se abrirá."

El mensaje era escueto pero claro. "Esto nos lleva a pensar que podría existir un complot para liberar a nuestro prisionero."

"No sabemos quién o qué lo envió. Pero no podemos ignorar la amenaza implícita. Debemos confirmar que los sistemas de contención de la prisión siguen intactos." Sentenció el mayor.

El joven oficial arqueó una ceja, claramente escéptico sobre tal posibilidad. Pero no verbalizó sus dudas.

"Bien. Partirá de inmediato en la nave USS Leviathan-A hasta las coordenadas que le hemos asignado. Inspeccione la Pandorica, verifique la integridad de sus defensas y la condición del prisionero. Esta es ahora su máxima prioridad." Ordenó finalmente.

"Sí, comandante." Respondió el subordinado joven firmemente.

Hubo una breve pausa antes de que el subordinado continuara.

"Señor, si me permite preguntar, ¿qué sabemos de este prisionero al que debo inspeccionar? Los reportes no especificaban detalles, pero asumo que debe ser un recluso de alto valor estratégico dadas las precauciones tomadas con la Pandorica..."

El comandante se tomó su tiempo antes de contestar. Sus ojos gélidos escrutaron al subordinado, como sopesando hasta dónde revelar. Finalmente, habló con voz pausada y grave:

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⏰ Última actualización: Feb 07 ⏰

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