✯𐬺𝐄𝐥 𝐨𝐫𝐟𝐚𝐧𝐚𝐭𝐨𐬺✯

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𝓤𝓷𝓸✯

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𝓤𝓷𝓸

𝕰l impacto de las gotas chocando con el suelo era lo único que me mantenía cuerdo, esa gotera llevaba años y nunca había sido arreglada, hubo un tiempo en el que creí que la dejaban así a proposito, para torturarnos. Ciento veintisiete gotas por hora, las había contado la última vez que había estado aquí, hace solo una semana.

No podía evitarlo, el doctor lo había llamado T.E.I. , Transtorno Explosivo Intermitente. No sabía muy bien a qué se refería , el decía que no podía controlar mi irá pero yo no creo que mi irá sea capaz de incendiar una habitación sin siquiera utilizar fuego.

Pasaba seguido, cuando estaba cerca de algo terminaba destruido, cuando alguien me molestaba terminaba sin cabello. Yo no tome unas tijeras y corte el cabello de la instutriz su cabello había desaparecido, pero claro que no podía decir eso. Si lo hacía, en vez de estar encerrado en un orfanato estaría encerrado en un loquero.

Otra gota cayó , justo cuando la puerta se abrió y una de las encargadas entro.

- ya puedes salir Leonardo-

Era Leo, no Leonardo

Asenti y salí del pequeño armario.

- si no quieres volver a pasar la noche aquí será mejor que te controles- amenazo con mala cara y se fue.

Tome una de las piedras con punta afilada y talle otra tacha en la puerta, con esta se juntaban treinta y cuatro.

Treinta y cuatro veces que había sido castigado.

Aún recuerdo la primera vez que me encerraron, tenía ocho años y mi puré estaba sobre la cara de un compañero. Llore esa vez , las siguientes dos también, pero con el pasar de los años ya lo sentía como un descanso.

Veinticuatro horas encerrado, ese era el límite que había alcanzado, me moría del hambre así que decidí ir a las cocinas en lugar de a mi habitación.

Teníamos una cocinera, era anciana, nunca había tenido hijos. De todos los adultos que conocía ella era mi favorito, era la menos gruñona y siempre me regalaba uvas. Esas uvas eran deliciosas.

Entre con cuidado, ya pasaba del toque de queda pero sabía que ella estaría preparando lo necesario para mañana.

- hola Annita - saludé a la viejita que me dio una mala mirada .

- ¿Otra vez castigado? - asenti sentándome a su lado, ella cortaba algunos vegetales - ¿Que hiciste? - preguntó sin mucho interés.

- la habitación de un compañero se prendió fuego - soltó una exclamación de sorpresa y me miró preocupada.

- ¿Que compañero? - me encogí de hombros.

- el pelirrojo, no se, sabes que no soy bueno con los nombre - y era verdad, siempre me costaba recordar el nombre de las personas, con varios chicos de aquí literalmente había crecido y aún así no tenía ni idea de cómo se llamaban si me lo preguntaban.

- ¿Quieres algo de comer? - asenti justo cuando mi panzita rugio.

Camino al refrigerador y saco una bolsa de uvas, sabía que eso me alegraría, las tomé con una sonrisa.

- ten cuidado y no regreses muy tarde- pidió sabiendo ya a dónde iría.

Era un tradición , cada vez que me castigaban iba por una bolsa de uvas y después me dirigía al piso más alto, el único con una gran ventana. Desde allí podía ver el cielo y todas las estrellas en él.

Al llegar a mi usual lugar me recargue en la venta, abrí la bolsa y comencé a devorar las uvas, una por una.

No sabía mucho de astronomía , solo algunos pocos nombres de las estrellas, pero estás siempre me habían llamado la atención, mi favorita era una gran estrella, la más brillante, verla me daba tranquilidad.

Deseaba saber su nombre, pero no había a quien preguntarle.

Mi pasado así como el de todos los chicos en este lugar era algo inexistente, no sabíamos nada de él. Por eso envidiaba a las estrellas, por qué ellas si lo conocían, esas mismas estrellas que yo observaba hoy eran las mismas que mis antepasados observaron. Quisiera que me hablarán de ello, quisiera que una estrella bajara y se convirtiera en humano para poder ayudarme.

Y que respondiera mi pregunta, ¿Quién soy?

Por favor, ayúdenme

Fue mi deseo y por un instante creí que esa estrella me había guiñado el ojo, en una promesa, la promesa de guiarme en mi búsqueda del pasado.

✯𝐓𝐡𝐞 𝐝𝐚𝐫𝐤 𝐒𝐓𝐀𝐑✯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora