WHITE CHRISTMAS 🎄 ❄️||
"Qué belleza guardan aquellos que no encuentran su lugar entre tanta gente; no es soledad, es un privilegio no encajar."
Zoya Archibald cree que su navidad podría empeorar al saber que su padre se ira por trabajo, pero un d...
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CAPÍTULO UNO EL COMIC
Cualquiera que conociera a Zoya Archibald, sabría que cuando llegaba Navidad era la primera en amar ese día. No la mal entiendan, no se trataba de los regalos o la mercadotecnia. Nada de eso. Ella amaba que la navidad llegara por que eso significaba que su padre, Nate Archibald estaría en casa con ella, sin trabajo, sin tener que ir al periódico. Solo ellos dos.
Zoya sintió como el auto se detuvo, guardó su celular antes de responderle a su Nico sobre su cita de esa tarde en la cafetería.
Vio por la ventana notando que estaban afuera del edificio de su padre. The Spectator.
— ¿Qué hacemos aquí? — cuestionó Zoya mirando a su guardaespaldas, Oliver Maddox.
Maddox miró por el retrovisor antes de bajarse del auto. — Su padre me pidió que la trajera.
Él bajó del auto. La chica Archibald se quitó el cinturón antes de bajar del auto cuando la puerta se abrió.
Entró al edificio saludando a la secretaria.
— Te anunciaré con tu padre — hablo la secretaria.
— Gracias Andrea.
Zoya tomó asiento en uno de los sofás, Oliver permaneció de pie cerca de donde estuviera ella.
La joven Archibald sacó su teléfono al sentir que vibró nuevamente, otro mensaje de su amigo preguntándose que podría darle a su novia para navidad.
— Puedes pasar. — informó la mujer.
Zoya agradeció poniéndose de pie para entrar en la oficina, escuchó la voz de su padre supuso que estaba hablando con alguien.
Miró las paredes, estuvo mucho tiempo en ese lugar cuando era una niña, conocía cada rincón y cada premio que habían ganado.
— Si, pero es navidad — se quejó Nate Archibald por el teléfono. — Bien. Allí estaré.
Zoya se quedó en silencio acomodando las fotografías que estaban en la oficina, tomó entre sus manos la fotografía donde se encontraba su madre.
La extrañaba tanto, ella había fallecido cuando apenas tenía cuatro años.
— Hola papá — saludó Zoya a su padre cuando colgó el teléfono.
— Hola hija — saludó Nate sentándose, dio un largo suspiro. — Tengo malas noticias.
— Dilo.
Algo que Nate sabía de su hija, era lo mucho que prefería la honestidad por más que le doliera.
— Me pidieron hacer una cobertura especial de navidad — explicó Nate. — Todos estarán de vacaciones por la festividad...
— Y tendrás que ir tú — concluyó Zoya. La navidad era especial, era su momento de estar juntos. — Tienes que ir es tu trabajo.
