Prólogo

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Sunghoon caminaba por los blancos pasillos de aquel lugar en el cual sus padres lo acababan de dejar, no es que le doliera tanto apartarse de sus padres teniendo trece años, pero no entendía donde estaba.
Una señorita la cual suponía se llamaba Rei, o eso decía la credencial, con un uniforme azul oscuro lo guió a su habitación junto a sus maletas, al entrar notó que parecía hospital.

¿Estaba enfermo? ¿Porque sus padres no le habían dicho?

Pasó por el lado de un chico, rubio y algo amistoso por lo visto, debía ser mayor que el, o eso aparentaba, se sentó en la camilla de al lado, siendo separados por una simple cortina.

-Hola Sunghoon, yo soy Rei, por tu expresión veo que no entiendes que haces aquí y te explicaré- Habló amablemente la chica de pelo rosado. -Tú tienes un pequeño problema dentro tuyo, nada muy preocupante, y como es tan caro el tratamiento, tus padres decidieron traerte a este lugar, para que puedas sanarte y volver con ellos. ¿Entiendes?- La chica gestuó mucho, para ser algo más didáctica y chistosa. -Hay muchos médicos especialistas, enfermeras, TENS, etc que te acompañaran aquí y te aviso que no le hagas mucho caso a Yujin, es algo antipática, realmente creo que el café la volvió amarga- Sonrió -Bueno, te dejó acostumbrarte y si me necesitas solo aprieta este botón, y además te contaré un secreto- La chica se le acercó al oído y susurró -Este lado de la habitación lo puedes decorar como tu quieras, es tuyo- Finalmente la chica se retiró, suspirando levemente y cambiando su expresión a algo preocupada, era difícil ser sincero. ¿Cómo le dices a un niño que tiene una enfermedad que quizás le tenga los días contados? ¿Cómo le dices que tiene cáncer?

Sunghoon observó a su alrededor y se puso de pie, mirando al chico del otro lado de la cortina, sonriendo levemente, el chico se veía concentrado mientras leía un libro con atención, sus cejas fruncidas mientras mordía suavemente sus labios, acomodandose los lentes de forma redondeada con una mano mientras la otra sujetaba el libro.

-Hola, soy Park Sunghoon, tengo trece años y vengo desde Corea del Sur. ¿Y tú?- Dijo agradablemente el pelinegro, viendo como el rubio levantaba la mirada con una mirada amable.

-Soy Sim Jaeyoon, bueno, aquí me dicen Jake, tengo catorce años y vengo desde Australia, espero te sientas acogido, y cualquier problema, sólo cruza la cortina, no muerdo- El rubio acomodó levemente su cabello, sonriendo de forma ladina.

Desde ahí Sunghoon supo que podía confiar plenamente en el rubio, entablar una amistad y quien sabe si algo más...

Esta historia será algo más sad o angst, como le quieran decir, sin más que decir, gracias x leer, los quiero mucho :3

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467 palabras

Love To Die •~Jakehoon~•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora