Para Osamu Dazai, el lenguaje de las flores es su única forma de expresarse, es por eso que cuando falta poco para que las vacaciones de verano acaben, Mori le consigue trabajo en una floristería. Sin duda no esperaba encontrarse con la presencia de...
TW! Mención ligera de heridas causadas por autolesión.
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Dazai siempre se había considerado a si mismo una persona vaga en todo el sentido de la palabra, si bien nunca había tenido problemas para cumplir con sus deberes escolares o alguna tarea aparte siempre prefería dejarlo todo al último día y cuando lo hacía siempre estaba lleno de cosas desafortunadas.
El día de hoy era prueba de eso.
A pesar de tener que levantarse temprano, ese día no había podido dormir nada en toda la noche. Podría excusarse diciendo que eran los nervios y la ansiedad de tener que presentarse al primer día de su nuevo trabajo, pero no estaba ni un poco nervioso. Desde que era pequeño había aceptado que el día en el que finalmente trabajara llegaría tarde o temprano y consideró estar mentalmente preparado para cualquier cosa que tuviera que hacer.
Así que no, los nervios no eran la razón por la que no pudo dormir.
Más bien, terminó sin dormir por culpa de quedarse viendo entre el reloj de la mesita de noche y su ventana, que siempre durante la noche le deleitaba con un cielo oscuro repleto de estrellas, fue inevitable no distraerse y perder la noción verdadera del tiempo.
Cuando la alarma que Mori le había pedido que pusiera empezó a sonar el moreno únicamente gimió frustrado. Incluso trató de evitar el sonido tapando sus oídos con la almohada, fue inútil.
Y eso solo era lo primero que hizo que empezara con el pie izquierdo ese día.
Resignado, tuvo que levantarse y dirigirse al baño para tomar una ducha. Retiró la ropa que usaba como pijama seguida de las vendas que cubrían la mayor parte de su cuerpo. Siempre evitaba ver su propio cuerpo desnudo, no era algo que realmente le gustara apreciar, esa era una de las razones por las cuáles no tenía ni un solo espejo en su habitación ni en su baño.
Entró en la ducha y cuando su piel desnuda entró en contacto con el agua soltó un quejido del dolor. El agua fría estaba topando con algunas heridas recientes que aún no acababan de cerrar, fue un ligero ardor que se transmitió por todo su cuerpo pero que al acostumbrarse al agua desapareció.
Tomó un baño rápido y en cuestión de minutos estaba saliendo del baño nuevamente envuelto en sus vendas que lo cubren en su mayoría y una toalla alrededor de su cintura.
Al estar frente a su armario lo observó sin ejercer ningún movimiento, siempre había considerado que pensar en que ponerse era una pérdida de tiempo que las personas ejercían como la cosa más divertida del mundo. Respiró profundo y tomó la primera cosa que encontró en la pila de ropa que estaba dentro del armario. Una sudadera color beige y unos pantalones deportivos color negro, poco le importaba si realmente se veía bien.
Se acercó a la mesita de noche y tomó su celular con poca carga para observar la hora, faltaban 30 minutos para la hora en la que tenía que estar en el trabajo, tal vez perdió más tiempo del que imaginó decidiendo si valía la pena irse a bañar o no.
