Nuevamente siento que me falta el aire...Han sido meses un poco difíciles, me siento agotada, débil, estar con él me ha hecho alejarme de mi misma, he perdido mi esencia, mi espíritu yace preso, realmente no sé si estoy haciendo lo correcto, pero ¿sí él se hace daño? ¿Sí cumple su palabra de acabar con su vida?
Yo no podía cargar con eso en mi conciencia, me sentía atrapada, sentía miedo...ese miedo que no sentía desde que estaba pequeña, la cabeza me daba vueltas hasta que algo me sacó de mis pensamientos.
- Bonnie.- Lo escuché decir.- ¿Podrías mirarme por un segundo? Y decirme ¿Porqué estás terminando conmigo?
Sentía un nudo en la garganta que me ardía como si hubiese bebido fuego. Cuando nuevamente ño escuche replicar.
- Maldita sea Bonnie, ya hemos pasado por esto.- Dijo agarrándose el cabello medianamente largo y con mechas.- Dime, ¿Aún me amas?
Dude un par de segundos, cuando al mirarlo podía ver esa expresión de locura psicótica que hacía cuando algo se le salía de control.
-Yo...
Lo dude un segundo, quizás aún lo amaba, pero su comportamiento depresivo durante los últimos meses y el hecho de que todo lo que yo hacía por tratar de ayudarlo parecía no surtir efecto, y era comprensible sus recaídas constantes de humor y emociones, a final de cuentas no era fácil perder a 4 familiares en la mitad de un año.
-Yo aún...yo aún te amo, pero...- ni siquiera sabía porque le había contestado eso...el amor que sentía por el poco a poco se iba extinguiendo.
-Sabía que me amabas, como yo te amo a ti, solo es un mal momento dulzura.- dijo inclinándose para poder besarme.
Yo me moví ligeramente no quería que me besara, realmente si había dicho eso, supongo que fue por el miedo de cargar con un peso así en mi conciencia. No sabía como es que de alguien "lindo" y "atento" había pasado a ser un manipulador, un egoísta y posesivo.
- Kim...yo dije que te amaba, pero no significa que yo quiera estar contigo.- me miro extrañado y se sentó a mi lado abrazándome, ignorando por completo lo que le había dicho.
El resto del día transcurrió un tanto normal, si así se le podía considerar, teniendo en cuenta que Kim y yo compartíamos todas las clases, desde el primer semestre de la universidad. Habíamos estado en el mismo circuló social, pero no habíamos intercambiado palabras hasta un semestre después.
Durante las últimas clases, él le decía a la gente lo perfecta que era nuestra relación, que siempre habíamos sido él y yo. Por otra parte yo, solo pensaba en que quería que el semestre terminará, que llegarán las vacaciones de verano, tal vez si el conseguía trabajo nos veríamos un poco menos y podría recuperar energías.
Un golpe en la parte baja de mi espalda un poco antes de mi, bueno ya saben de que, al voltearme Kim había intentado quedar como macho enfrente de sus amistades, iba a replicar cuando soprendentemente Kim le se quedo inmóvil con un compañero de su equipo. Bill, un Chavo alto, de tes morena, con un cabello y ojos negros.
Ellos se habían conocido en la semana que yo había faltado por enfermedad iniciando el semestre, Bill podía verse carismático, pero era un pesado de primera. El día que nos conocimos ni siquiera se presentó tal cual, solo le dijo a mi novio que el le podía dar lo que yo no le daba, me enoje mucho ese día porque Kim en lugar de ponerle un alto se siguió riendo, vale quizás la bromita no fue tan pesada, pero oye amigo yo no te conocía.
- Hay chiquita, si ya sabes que yo te puedo dar lo que ella no te da.- dijo Bill en un tono divertido.
Me gire molesta, y de dos pasos largos quedamos frente a frente, lo único que salio de mis labios fue:
- Si tu le das lo que yo no.- Hice el ademán de chasquear los dedos de mi mano derecha, cuando volví a hablar.- pues ganenle los dos a la fregada.
Los conocidos en común que se encontraban ahí se quedaron perplejos por mi acción, Bill y yo seguíamos a escasos centímetros del rostro del otro, mire con ojos fulminantes a Kim, quien me miraba atónito, me di la vuelta y me fui molesta, con los pasos de Kim atrás de los míos. Estaba que me hervía la sangre, pero no se si por lo que había dicho él, o por lo que había pasado con Kim, cuando me saco de mis pensamientos.
- Creo que deberías disculparte, exageraste esta vez.- dijo haciéndose el inocente.
- Disculparme ¿yo?- realmente me enfurecia más que se pusiera del lado de alguien que apenas conocía hace un mes.- ¿Porqué he de hacerlo yo? Él me ha faltado al respeto con sus bromas y tu lo has permitido.
- Es solo un juego dulzura.- dijo para tratar de calmarme.- Así nos llevamos el y yo.
Dude unos segundos, pero si ellos se llevaban así, y yo no tenia el mínimo contacto con Bill, yo no tenía porque entrar en sus bromitas.
- Exacto, así se llevan tu y él, a mi no me parecen ese tipo de bromas, así que por favor dile que le baje 2 rayitas.- me miró aún confundido él seguía pensando que yo estaba siendo una exagerada.- Sí no quieres hacerlo, solo hagan sus bromitas cuando ni este yo presente.
Me miro y solo asintió, intento tomar mi mano, pero creo que el no veía lo que a mi me había hecho sentir ese comentario, durante muchos años me hicieron creer que yo era reemplazable, que había más como yo, eso no le dolía a una Bonnie adulta, le dolía a la niña que había comparado con otra gente.
Finalmente accedió a hablar con Bill, me dijo que le pediría que ya no hiciera ese tipo de bromas, y que se limitará solo a saludarme.
- Si quieres, ¿Podemos ir al cine? Hoy cumplimos un año y 3 meses de novios.- dijo un poco cauteloso esperando mi respuesta.- o tal ve...
Lo interrumpí antes de que pudiera continuar.
- Solo quiero irme a casa a descansar un rato.- yo vivía a 1 hora y 20 minutos en carro de la universidad, y la verdad no tenía ganas de salir con él a ningún lado, realmente solo quería estar en paz, hasta que escuche que marcó un número.
- Ya está, me voy contigo a casa y vemos películas.- demonios no podía descansar de él ni un momento.- ya he avisado a mi madre y a tu papá.
Solo me limite a asentir con la cabeza, y subirme al camión.
ESTÁS LEYENDO
Pérdida en la tormenta
RomanceBonnie Beaumont, insegura, temerosa sobre sus decisiones, algo común en una joven de 20 años, quien ha pasado por un mar de cosas que la han llevado a dejar de creer en las personas, en la familia, en amistades, pero sobre todo en el amor. Bonnie en...