Capítulo 1 Inseguridades

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Han pasado años y siento que no soy aquella niña fuerte, valiente y alegre que era, estoy por cumplir 20 y me siento ahogada, ya no se quien soy, ni siquiera el porqué estoy parada en estos momentos.

Soy la hija mayor de 6 hijos, tengo miedo a no ser suficientemente buena como hija, como hermana y ejemplo, Kim me ha hecho sentir que soy tan reemplazable que aunque es el principal en generar me miedo, solo con el siento que nada me pasara...

Una de mis mayores inseguridades desde que tengo memoria ha sido que me cambien por alguien más, que elijan a alguien más, por el motivo que sea. Mi padre, aunque no lo recuerde o prefiera mantenerlo por debajo del agua, era el primero en elegir a otras personas por sobre de mi. En reuniones familiares era de decir que porque yo no era igual de delicada y dulce que mis primas, que era lo que necesitaba para que dejara de ensuciarme como si fuera un niño, en ocasiones llego a insinuar que prefería que tuviera hueca la cabeza y que cuidara mi apariencia porque los Beaumont vivíamos de nuestra perfección física.

Sin embargo nunca sentí que llenará los estándares de mi familia. Yo preferí llenar mi cabeza de conocimiento, mi cuerpo de cicatrices por lo extrema que podía ser cuando algo me apasionaba. Recordando un poco de mi pasado, sentí que alguien me tomaba por la cintura y pasaba sus manos por mi cuerpo, al instante supe quien era, pero no quitaba que me sintiera incomoda, a pesar de ya tener un año y medio de relación, seguía incomodandome el como se acercaba a mi en ocasiones, el como parecía que me trataba como objeto sexual y psicóloga nada más.

- Dulzura, vamonos a clase, llegaremos tarde.- me miraba con una expresión dulce pero a su ves un poco receloso por con quien estaba hablando.

- Estoy esperando a que salga Dámian, tenemos que ver lo de la tarea.- realmente no tenia muchas ganas de irme con el a clase, él había llegado tarde a su clase de las 8, por suerte la única clase que no compartíamos este semestre.

- Ah, sí Dámian.- su expresión cambió un poco, siempre tenía la idea de que yo le estaba siendo infiel, hablara con quien hablara, mientras no fuera amigo o conocido de él le generaba desconfianza, me tomó del brazo y me jaló hacía él.- vamonos, son 8:55, llegaremos tarde a diseño digital.

Me le quede mirando fijamente, me dolía el agarre con el que me tenia pegada a él, lo mire para decirle:

- Kim me estás lastimando.- me soltó y al instante de ver a un viejo amigo con el que habíamos tenido el problema el semestre pasado, me tomo de la cintura.

- Dulzura y si mejor no entramos, para hacerte mía así como me gusta.- insinuó pasándome la lengua por el cuello, asiendo que Danson se fuera rápido y yo me incomodara.
- ¿Qué te pasa? ¿Porqué hiciste eso?- dije limpiandome el cuello y apartandome de él.- Sabes que no me gusta que me trates así en público.

Solo se limito a encogerse de hombros y tomarme de la muñeca para irnos a clase.
Entrando logre encontrar a nuestro grupito de amigos, ya había pasado un mes y medio desde que el semestre había iniciado, Aaron y Madison estaban sentados en la parte den centro medianamente enfrente, había dos sitios apartados, como de costumbre me senté atrás de ella y Kim a mi lado.

Mientras ellos platicaban sobre la clase y el proyecto de la siguiente unidad, yo estaba sumergida en mis pensamientos, será que esta vez podría tener una buena relación con una amiga mujer, ya había tenido problemas ese semestre con quien yo consideraba mi mejor amiga, todo gracias a Kim.

-¿Vamos por un café saliendo?- lo escuche decir lo mire.- ¿Anda vamos?

Me quede mirándolo, por inercia mire hacia la entrada del aula, cruce miradas con alguien, no ubicaba bien quien era, pero por cuestión de segundos, sentí algo diferente en mi interior, me ardían las mejillas, me estaba poniendo roja, ¿Era eso posible? Me voltee al instante, cuando Kim me trajo de nuevo a la realidad.

- ¿Qué fue eso? ¿A caso ustedes tienen algo?- su mirada había cambiado por completo, ni siquiera sabía porque se había puesto así, no es como que yo tuviera algún tipo de conversación con esa persona.

- No...ni siquiera hablo con Bill.- Me limite a mirarlo, era verdad, la única interacción que tuvimos fue un semestre anterior donde nos despreciabamos mutuamente.

- Claro, ¿Y porqué te has puesto roja? Dame tu celular.- Tomo mi celular de la mesa.- Yo que trato de darte todo para que seas feliz y tú solo te la pasas hablando con quien sabe cuantos se te crucen enfrente.

Eso me tomo por sorpresa, realmente desde que estaba con él,  yo ya no hablaba realmente con mucha gente, los pocos con los que hablaba eran unos viejos amigos del colegio y con familia, en eso se reducía a que tal vez hablaba a lo micho con 6 personas fuera de él.

- ¿Porqué me hablas así? No he hecho nada malo...- Y era verdad, quizás solo me había incomodado que me miraran fijamente, como normalmente me pasaba.- Soy tu novia...y en ocasiones eres...

- Podrías callarte, realmente no estoy de humor, me siento cansado, triste, como para todavía lidear con que tal vez me estés poniendo el cuerno.- se sentó mirando fijamente a la pizarra y se puso los audífonos para ignorarse, como lo hacía cuando no quería escucharme.

Decidí ignorarlo y tratar de comprender lo que había pasado, no había sentido algo así de intenso en mi vida, como el calor recorría mis mejillas, sentía un latido muy diferente, uno que ni había escuchado nunca. Pero, seguía en duda de ¿Sí realmente debía preocuparme por ello o no?

La clase se me fue volando, recordando cosas de cuando era pequeña, de como rogaba a mis padres porque me dieran un hermano, y vaya que se cumplió tenia 5 más, era un poco pesado pero entretenido había aprendido a cuidar de otro mini ser humano desde muy pequeña.

- Vamos Bonnie, ¿jugaremos voley en el gimnasio?- Dijo Madison con un tono entusiasmado por el hecho de que íbamos todos en camino.

- Pero...yo no se como jugar.- Y era cierto realmente era de las pocas cosas que no se me daban hacer o que no me dio por aprender más chica.

- El punto aquí es pegarle a la bola con fuerza y que no te peguen con ella.- Con una sonrisa en el rostro.

Salí de los vestidores del gimnasio,  en un pans y una sudadera un tanto holgada, aparte de que hacia frío porque ya era noviembre, siempre había tenido problemas con como se miraba mi cuerpo, de pequeña yo era un palillo de dientes, muy delgada, y con forma fui creciendo en el colegio me hicieron entender que yo era u a simple niña aún, a mis 12 años aún parecía niña pequeña,  a mis 15 parecía que apenas iba en desarrollo cuando el resto de mis compañeras de clase ya parecían todas unas mujercitas, a mis 17 aún tenia el cuerpo de una chavita de 15, me sentía un poco mal, porque sentía que necesitaba el mejor cuerpo del mundo para gustarle a los muchachos, y ahora que tenia 19 casi los 20, ocultaba la poca figura que tenía, me incomodaba como en veces al caminar me recortaban por la calle.

Entre a las canchas para divertirme un rato con los chicos cuando de repente sentí que alguien me ponía una nalgada y me agarraba más arriba de mi abdomen, al darme la vuelta note que era Kim, hasta la fecha no había comprendido realmente porque lo hacía, no es como que lo hiciera más macho o si lo hacía pata marcar territorio como hoy en día le decían.

- ¿Cuántas veces tengo que pedirte que no hagas eso en público?- Realmente me había molestado, me hacía sentir como un trozo de carne, un simple juguete.

- Eres mi novia.- Dijo de una manera tan arrogante que casi parecía que no me había escuchado.- a parte desde hace un rato hay muchachos en las gradas que te están observando, quiero que sepan que eres mía.

Eso realmente me dejó perpleja, yo la chava que era una mierda en el colegio se estaba dejando de una imitación barata de un coreano, y sin saber porqué.

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⏰ Última actualización: Feb 18 ⏰

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Pérdida en la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora