❛❛ 使 ❟❟ ㅤÁngel cruel

✶ !ㅤㅤEP. O1

Kokushibo no es alguien tonto.

O eso es lo que creía Muzan, al menos hasta que su demonio más poderoso se enamoró de cierto rubio con ojos idénticos al arcoiris.

La primera luna superior olvidó que Kibutsuji podía leer su mente, por lo cual se pasaba la mayor parte del día ──ya que el sol estaba en todo su esplendor y no podía salir de la fortaleza dimensional infinita── pensando en Douma.

El rey de los demonios jamás imaginó que sería posible admirar tanto a alguien hasta el punto en que suspirase enamorado por la más mínima cosa. Y bueno, justo ese era el caso de Kokushibo.

El pelirrojo soltaba un suspiro cada que veía al rubio pasearse por la fortaleza de Nakime, otro suspiro al verlo abanicandose, otro más al verlo molestando a la luna superior tres, uno más solo por escuchar su voz chillona, otro por verlo actuando de manera infantil y tonta, y otro hasta por verlo caerse de cara al piso por estar jugando.

Kokushibo no sabía hacer nada mas que suspirar completamente enamorado cuando estaba en presencia de Douma.

Y su amo planeó algo tras enterarse de esto.

━━━

Justo ahora se encontraba el demonio de seis ojos arrodillado frente a su señor, esperando por lo que este tenía que informarle.

────Iré directo al punto; sé de tus sentimientos hacia Douma.

En ese instante, algo hizo clic en la mente de Kokushibo, el cual recordó que Muzan podía leer su mente así que obviamente estaba enterado hasta de los cientos de poemas que le había dedicado por telepatía al oji-arcoiris.

La primera luna creciente mantuvo su mirada fija en el suelo pues no se sentía digno de siquiera mirar a su señor. Además, una fuerte sensación de miedo inundó todo su ser al imaginar que sería castigado de todas las maneras existentes o que Kibutsuji mataría al rubio solo para que él se deshiciera de esos sentimientos.

────Estás temblando, ¿tan enamorado estás de Douma? Puff, jamás creí que alguien estaría a los pies de ese insoportable. ────Bufó con clara molestia para después obligar a Kokushibo a levantar su rostro. ────No los mataré, no soy un monstruo como muchos creen... Bueno sí, excepto con mis consentidos.

El pelirrojo no pudo evitar sonreír levemente al escuchar aquellas palabras, después de unos cuantos segundos su cuerpo se destensó y se dispuso a oír lo que su amo quería informarle.

────Muchas gracias, mi señor, ¿qué es lo que quería decirme?

────¿No es obvio? Te ayudaré con Douma. No puedo creer que seas mi mejor demonio pero que seas tan inservible para el amor, sí que apestas en eso.

Kokushibo agachó la cabeza bastante avergonzado por las recientes palabras de Muzan.

────Para empezar, tienes que acercarte poco a poco a él, así que a partir de ahora les encargaré misiones juntos. Ya después veremos cómo progresa tu relación amistosa con Douma para dar el siguiente paso.

El dueño de tres pares de ojos lo miró con bastante sorpresa y gratitud, sintiéndose muy emocionado al tener la aprobación de su amo y además su ayuda, así le sería mucho más sencillo conquistar a Douma.

No importa si el rubio no siente nada por él actualmente, le quedaba toda una eternidad para enamorarlo y nunca se rendiría.

────Gracias, señor Muzan.

────Y por cierto, deja de pensar tanto en esa cursilería de “ay, Douma se ve como un angelito hoy, definitivamente es un ángel, solo que uno cruel”, eww. Douma es y siempre será un demonio, punto.

────Señor, Douma de verdad luce como un ángel celestial y divin-

────Ya, ya, ni que se viera como yo. ────Hizo una pequeña pausa y después entrecerró los ojos, mirando con algo de molestia a su acompañante. ────¿Se te volvió a olvidar que puedo leer tu mente?

────¡Perdóneme, señor!

Un chasquido bastó para que Kokushibo desapareciera de su vista.

El pelinegro suspiró con cansancio y después se acercó a su demonio del biwa, la cual le sonrió con calidez.

────Será divertido espiar a esos dos durante este proceso, señor Muzan.

────Lo sé, Nakime, gracias por la idea. ────Le devolvió la sonrisa para después desaparecer de ahí e irse a su estudio.

━━━

Por otro lado, Nakime tuvo el atrevimiento de transportar a Kokushibo justo en donde se encontraba Douma, el cual estaba jugando con varios niños de hielo idénticos a él en un lago.

────¡Hey, Kokushibo-dono! ¡Qué sorpresa verlo por aquí! ────Saludó el oji-arcoiris con su típico tono de voz efusivo mientras que una de sus réplicas de hielo corría hasta el mencionado para abrazarse a su pierna.

En ese momento, Kokushibo casi se derrite por la ternura.

────Parece que le agradas a mis niños, fufu~ ────Comentó el rubio mientras cubría su sonrisa con uno de sus abanicos y después salió del lago para acercarse al mayor. ────Sí que es raro encontrarme contigo, ¿buscabas algo en específico?

“Solo te buscaba a ti, mi pequeño ángel cruel”. Pensó el de kimono con patrones púrpuras y negros, pero no se atrevería a responder eso, no aún.

────La demonio del biwa debió equivocarse de ubicación y me mandó aquí.

────¡Ay, eso es terrible! Pero mira el lado bueno, podemos divertirnos un rato. ────Sonrió con emoción y después hizo un pequeño movimiento con su abanico, a lo cual varios de sus niños de hielo se acercaron al más alto y comenzaron a jalarlo de su pantalón, queriendo llevarlo al lago. ────¡Pasemos juntos nuestro tiempo libre, señor Kokushibo!

El pelirrojo rodó los ojos y fingió molestia solo para no ser tan obvio, no quería que Douma se diese cuenta de sus intenciones tan rápido.

No opuso resistencia y se dejó guiar por las pequeñas réplicas de hielo. Ya estando en el lago, el rubio saltó sobre la espalda del pelirrojo y logró tirarlo de cara en el suelo, pues lo había agarrado distraído.

────¡Ay, perdón! ────Se disculpó el menor entre risas al ver a su acompañante completamente empapado.

Kokushibo no respondió, simplemente comenzó a lanzarle agua al contrario con sus manos. Mantenía un rostro serio, pero internamente sonreía a más no poder por aquel acercamiento tan adorable que tuvo con su querido demonio.

━━━

────Eww, eso fue demasiado empalagoso.

────Lo sé, señor Muzan, lo sé.

Nakime y Kibutsuji se mantenían sentados mientras husmeaban en la “cita” de aquellas dos lunas, obviamente solo se quejaban y se burlaban de ellos pero así podían matar el tiempo.

────Algún día alguien lo llamará a usted ángel cruel.

────Ojalá ese día nunca llegue, ese apodo es horrible.