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Las luces destellante del Time Square se podían ver desde la ventana del que suponía era su camerino en esta oportunidad.

Estaba en el máximo auge de su carrera, había sacado un álbum que había sido todo un éxito y su popularidad estaba por las nubes, algo que jamás lo cambió, seguia siendo ese chico humilde que vivió toda su infancia y parte de su adolescencia en el campo.
Uno que solo iría a la ciudad para acompañar a su mejor amigo en ese entonces a una audición.

No se esperó que en ese momento surgiera la propuesta de que podría audicionar de igual forma.

Esa tarde luego de pedirle que participara, llamaron a sus padres,necesitaban verificar que tenía su autorización para hacer lo que tenía pensado, era un chico menor de edad en ese entonces, un pequeño chico humilde que no esperó que pusieran sus ojos en el, como un posible prospecto de Idol.

Entró en la empresa, fue fácil, tenía un talento y un carisma que sería difícil de ignorar para cualquier persona.

Comenzó de inmediato con su preparación y debutó tiempo después como solista.

En ese entonces era un joven alegre y juguetón, pero con el pasar del tiempo y producto de las críticas, su personalidad se apagó considerablemente, es como si hubiese desactivado el interruptor que lo mantenía en la cumbre de la felicidad a diario.

Se sentía en modo automático durante un largo tiempo, la música fue lo único que lo mantuvo cuerdo y albergaba aunque fuese una mínima parte de su escencia, esa que habían obligado a ocultar con cada palabra de odio o de rechazo que le dedicaban.

Todo cambio cuando conocío al que al día de hoy era su esposo, Bangchan ,un cantante al igual que el, ambos coincidieron en un par de eventos y poco a poco los sentimientos tomaron lugar entre ellos.

Trajo la luz que faltaba a su vida, al menos su cegado corazón lo vió de esa manera durante los cuatro años que se mantuvo preso de ese amor.

Fue feliz, una hermosa mentira que lo mantuvo sonriendo mientras duró.

Dejó el teléfono sobre la mesa y sus lágrimas comenzaron a caer descontroladamente por sus mejillas nublando por completo la vista y haciendo imposible su labor por contenerlas, aún sabiendo que a su alrededor todos lo veían con preocupación y totalmente sorprendidos por la inesperada crisis.

-Taehyung, ¿Que sucede cariño?
Su manager Jackson se encontraba inclinado a su costado, tratando de obtener alguna respuesta, una que no le era posible dar debido al llanto.

"¡Dios! Era la maldita navidad, cosas buenas pasan en esta fecha, no lloras por un corazón roto minutos antes de presentarte frente a millones de personas" pensaba.

-Cariño, debes decirme que pasa...¿Necesitas que cancele la presentación?

La sola mención de defraudar a la gente que lo había acompañado por años hizo que su llanto se calmara solo un poco, lo suficiente para darle una respuesta a su amigo, uno que sabía estaba tan preocupado por el que sería capaz de mandar al carajo lo que fuese por verlo bien.

-No lo canceles -dijo con voz quebradiza.

-Tae, No te ves nada bien bebé, no se que ha pasado, pero necesitas levantarte si quieres salir allí fuera, sea lo que sea no vale la pena cariño, no si te destruye.

Sus ojos brillantes se encontraron con los de Jackson, el tenía razón, debía levantarse y continuar con esto, nada de lo que hiciera cambiaría el curso de las cosas, no cuando aquellos documentos ya se encontraban en su bandeja de entrada.

-Me pidió el divorcio - hablo bajito.

El semblante de Jackson cambio de inmediato mostrándose totalmente furioso contra el infeliz que había Sido capaz de arruinar un momento que Taehyung espero durante años, molesto de que no lo hiciera de frente y que eligiera esa noche precisamente para hacer su petición.

Pasó En navidad (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora