Un niño de 10 años con una gran inteligencia, educado y es un estudiante ejemplar en la prestigiosa escuela edén, quien podria siquiera ocurrirle que en realidad es un espía del país enemigo cuya misión principal es infiltrarse en la suciedad de ost...
Agente Twilight, felicidades por otra misión exitosa. Sigue haciéndolo así en el futuro —dijo la mujer pelirroja, con gafas negras, mirando a uno de sus agentes más confiables, a pesar de su corta edad.
Muchas gracias, comandante —respondió el pequeño rubio con una mirada fría y sombría que lo hacía parecer mucho mayor que su edad.
¿Agente Twilight, cómo le va en su misión principal? —preguntó la dama de hierro, a pesar de saber todo acerca de la misión; conocía hasta el más mínimo detalle.
Todo va según lo previsto, se espera completar la primera fase pronto —respondió el niño.
No esperaba menos de ti, agente Twilight —la dama de hierro se levantó de su silla, se inclinó ligeramente y acarició la sedosa cabellera rubia del niño, felicitándolo por sus logros.
En la cara del niño apareció un ligero sonrojo que no duró nada. El niño volvió a poner su expresión fría, la que siempre tenía.
Gracias, pero no soy un niño para que me trate así —dijo, poco antes de cerrar la puerta y marcharse.
Un hombre flaco se acercó a la pelirroja y dijo:
¿Cómo es que este chico tiene solo 10 años? He visto cómo acaba con los enemigos, parece una máquina.
La pelirroja asintió en acuerdo.
Siendo un niño, no le permitimos acabar totalmente con los enemigos. No somos monstruos, pero se espera que sea uno de los mejores espías que haya existido. Justo ahora, sus habilidades son las de alguien experimentado.
Pero lo que más me asombra es lo frío que es —comentó el hombre pensativo.
No te hará daño saber la historia del espía Twilight... bueno...
El agente Twilight, según sabemos, era un niño feliz como cualquier otro. Su padre tenía un puesto en el gobierno de Westania, por lo que casi no estaba en casa, y por eso tenía un fuerte vínculo con su madre. Pero la vida de este niño dio un giro el día que comenzó la guerra. Primero recibieron noticias de la muerte de su padre, y luego de que un ataque aéreo vendría desde Ostania, por lo que evacuaron la ciudad y dejaron todo atrás.
Él y su madre se quedaron en un pueblo muy lejano a su ciudad natal para estar a salvo. Todo estuvo bien hasta el día en que el ataque llegó a la ciudad. El niño estaba lejos de su madre y comenzó a buscarla entre los escombros del lugar. Cuando la encontró, ya casi no respiraba y murió allí.
Poco después, lo encontramos deambulando por ahí, a punto de morir de hambre. Lo trajimos aquí, lo cuidamos, y poco a poco vimos que tenía mucho potencial. Le pedimos que trabajara con nosotros, y desde la primera vez que lo vi, esa era la cara que tenía: fría y sombría, como si no le importara vivir o morir.
El hombre estaba a punto de llorar por la historia. Jamás imaginó que un niño como ese podía haber vivido algo tan terrible.
Lo que esos dos no sabían era que el niño que les causaba tanta pena los estaba escuchando, justo detrás de esa puerta. Entonces sacó de su pecho un pequeño relicario que contenía su foto y la de su madre y padre. Unas lágrimas comenzaron a brotar desde lo más profundo de su corazón, y empezó a recordar algo que había olvidado hacía mucho.
Flashback:
¡Mamá, mamá, ¿dónde estás?! —gritaba el niño desesperado— ¡Mamá, no me dejes, tú también, mamá!
El niño buscaba entre la tierra y las piedras, y cuando por fin la encontró, ya casi no respiraba.
¡Mamá, aquí estás! Qué bueno... —el niño posó su mano en la de su madre y dijo— Todo estará bien, mamá. Pronto vendrán los doctores, eso escuché. No te preocupes, ¿sí?
Hijo... mamá lamenta no poder estar allí para ti...
¡Mamá, no, no digas eso! Si yo te dije que...
Hijo mío, quiero que sepas que mamá te ama más que a nadie en el mundo. Y por eso quiero que vivas feliz, vive por los tres: por ti, por mamá y por papá... Solo... —la madre puso su mano en la mejilla del niño para limpiar las lágrimas que brotaban de sus ojos— Lo lamento, hijo. Por favor, no llores. Mantén esa sonrisa tan bonita que siempre has tenido, por favor. Sé feliz...
¡Mamá! ¡Despierta, mamá, mamá! —el pequeño rubio gritó con toda su alma y comenzó a llorar, cubriendo el suelo con sus lágrimas. Sus piernas se debilitaron y terminó cayendo al piso, manchándose las piernas con barro. El niño estaba roto por dentro, tanto que ni siquiera notó la sangre que salía de sus heridas profundas, porque esas heridas no eran nada comparadas con las que llevaba en su alma, al saber que ya no tenía a nadie y que estaba solo en este vasto mundo
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Esta es la dama de hierro, me encanta que les ha parecido mi nueva historia?