Ámame || 19 Days [Pausado temporalmente]

Miradas (V)

Después de darse una ducha se dirigió a su cuarto, se puso una camiseta blanca y unos shorts y se puso a dormir.

A la mañana siguiente lo despertó la alarma y con pesadez se levantó de malas.

Anoche tuvo una pesadilla, no le gustaba soñar con cosas relacionadas a su padre; quien era el protagonista de todas sus pesadillas diarias.

Se vistió, tomó desayuno, se lavó los dientes y se fue no sin antes enviarle un mensaje a su madre. Todavía no conocía a ese tal Guang Hui, asique no podía estar con la guardia baja.

En camino al instituto se encontró con su amigo el calvo.

—Hey.

Dijo en forma de saludo su amigo el rapado.

—Hey.

Contestó Mo.

—Hoy no quería venir a clases. Es aburrido.

Comentó su amigo.

—Si, pero sabes que ya no puedo faltar o llamarán a mi madre.

Y la converzación quedó hay.

El camino fue tranquilo, ambos se quedaron callados el resto del camino al instituto.

Al llegar se encontraron con la misma escena de siempre; He Tian en el centro de muchas chicas.

Por solo casualidad Mo GuanShan observó a He Tian, quien rápidamente se dió cuenta e hicieron contacto visual, los ojos del mayor eran completamente negros; como si todo su brillo había desaparecido, eran ferozmente atractivos..

Al percatarse de qué era lo que estaba pensando volteó su cabeza y cortó el lazo de miradas entre ambos. Con un sonrojo en la cara, maldecía por mirarlo. Tan metido en su mundo que nisiquiera escuchaba que lo estaban llamando.

—Hermano Mo.

Llamó este.

—¿Qué le contestarás a Ming Xun?

—N-no lo sé. No estoy interesado en nadie.

Intentó responder casual.

—No deberías desaprovechar esa oportunidad, Ming Xun ha rechazado a varios chicos, se considera la chica más guapa del instituto. ¡Deberías darle una oportunidad!

Recomendó su compañía.

—Mm..— pensó Mo. —No, no me importa cuan bella sea o cuantos chicos rechazó.

—Aah, el hermano Mo puede ser muy genial pero esa es una opción tonta. ¡Incluso podrías ser más popular que el mismo He Tian!

—¿De qué hablas? Yo no quiero ser popular, mucho menos como He Tian.

Y como si el diablo escucharán sus palabras, He Tian los volteó a ver. Bueno, volteó a ver a Mo GuanShan.

—Mierda, el puto diablo nos escuchó.

Sintiendo la mirada de He Tian en su nuca, se puso nervioso.

—Carajo, vamonos.

Decretó Mo por la fulminante mirada que le daba el pelinegro