Capítulo 3

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🍂La buena y la mala🍂

🍂Capítulo 3🍂

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¿Te duele? Espero que sí, espero sientas aunque sea poquito de lo que yo estoy sufriendo. Sufre Hinata, ilumina mi vida, hazme feliz sabiéndote mal. Jamás te perdonaré lo que me has hecho.

La ojiperla dió un brinco, al tener ese sueño, se preguntaba si era un recuerdo vago o simplemente un sueño malo que tuvo.

Miró la hora, eran las 3 pm. Era sábado y aunque ese día no tiene clases, se levantaba temprano por costumbre, pero le ganó el sueño al pasar las horas y se quedó dormida de nuevo.

Se dió una ducha y se arregló más de lo normal. Un vestido casual con sus tennis, una bolsita que la acompañaba para guardar sus pertenencias.

Un maquillaje ligero junto con un brillo en sus labios, así iba a su cita Hinata.

Bajó las escaleras para llegar a la puerta de su casa, un comentario de mal gusto provocó que ella se detuviera.

--¿A donde vas?--

--¿Cuándo te ha importando?--

--Se me hace raro hermanita, tú nunca te arreglas, ahora vas mmmm... mejor a cómo otros días te vistes, vas de zorra ¿Verdad?--

--Hamari, no me hagas reír, aquí la única zorra, eres tú--

Hinata salió de su casa, Hamari molesta aventó un vaso de vidrio provocando que este se quebrara al estrellarse con la puerta.

Con un mal sabor de boca, Hinata había pedido un taxi el cual ya estaba afuera esperandola, se subió y se fue.

...

--No sé porqué me siento nerviosa-- Dijo al caminar y acomodar su vestido y cabello.

Al llegar a un departamento, del piso 6, número 10, tocó.

Se escucharon unos pasos que se iban aproximando a abrir la puerta.

Al abrirse la puerta quedó anonada, un guapo ojiazul, cabello rubio, alto de 1.85, varonil, facciones finas y marcado asombró a la ojiperla.

--Buenas tardes Hinata, adelante--

Hinata solo pasó saliva, aún no podía creer lo que estaba viendo ¡Era guapísimo! Lo que cualquier mujer quiere en la vida, de seguro es casado, pensó.

--Aquí está el lugar donde hago mis consultas, como puedes ver es un lugar, limpio, tranquilo y con mucho espacio--

--Lo veo-- En vez de ver el consultorio del doctor Uzumaki, miraba su cuerpo de abajo hacia arriba.

El cuarto (Consultorio) no es como cualquier consultorio de medicina.
Este está adornado con muchas plantas, una gran ventana, un sillón largo en el cual ahí tienen que ir los pacientes, un escritorio donde se encontraba una lámpara, su laptop, teléfono, fotos que no se podían apreciar bien y sus herramientas que necesitaba para cada consulta.

--Toma asiento, Hinata-- Le señaló el gran sillón mientras él se sentaba en la silla de su escritorio.

--Gracias-- Hinata estaba nerviosa.

--Dime, ¿en que te puedo ayudar?-- Muy varonil cruza sus brazos y se recarga en su silla, poniendo total atención en la ojiperla.

--Bueno, quiero que me ayude a recordar un mes de mi vida, fue a los 13 años--

--Entiendo ¿No recuerdas absolutamente nada?--

--No, de ese mes no-- Las piernas de la ojiperla temblaban, pero trataba de controlarlo para que el doctor Uzumaki no se percatara.

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