El tío tiene sífilis

7 0 0
                                    

25 de noviembre, algún año

Querido diario,

Hoy me desperté al sonido estridente del despertador resonando en mi cabeza. Instintivamente, alcé el chumbo que guardaba bajo la almohada y le disparé dos veces.

Después, abandoné la cama y dirigí mis pasos hacia la cocina en busca de algo para comer, dado que no había ingerido alimentos en tres días. Al abrir la nevera, me enfrenté a una banana en mal estado y a un vaso con un líquido blanquecino de origen dudoso, probablemente perteneciente a mi sobrino Matías, quien a veces deja cosas extrañas en mi casa sin razón aparente.

Decidí pasar de largo el líquido del vaso, pero no pude resistirme a consumir la fruta en mal estado, aunque no resultara apetitosa.

Más tarde, me dirigí a la casa de mi amigo Víctor Ignacio Hernández, con quien a veces compartía té de hongos.

Al llegar, mi amigo me recibió con una expresión facial que sugería un posible consumo de sustancias estupefacientes en las horas previas, pero no le di importancia, ya que era una costumbre suya.

Entré a su casa después de que me dijera algo incomprensible debido a su acento extranjero y torpeza en el habla.

En la sala, un hombre de uniforme militar yacía en el sillón con un porro en cada mano, rodeado de latas de leche condensada.

Mi amigo me ofreció un asiento, apartando al militar del único sillón disponible. Acepté y me senté a su lado.

Pasamos toda la tarde allí, saturando nuestros cuerpos con diversas sustancias, algunas más perjudiciales que otras, el objetivo principal era intoxicarnos.

De repente, mi amigo me preguntó: 

- Cacho, ¿Vos sos Dios? 

- Sí. - le respondí

- ¿Me regalas la Play 5?

- Claro, vamos a buscarla a la pieza. - le dije y lo llevé a la habitación.

.

.

.

.

Pasamos cinco horas buscando la consola bajo la cama, pero no la encontramos; la había regalado a mi sobrino Santino anteriormente.

Finalmente, me quedé dormido y al despertar, yo había aparecido misteriosamente en mi casa.

No estoy seguro si todo esto fue un sueño o si fui llevado a casa entre el militar y mi amigo.

Lo que sí tengo claro es que ahora tengo sífilis, aunque no sé cómo me contagié. Supongo que mi sobrino, alguna rata muerta que comí o incluso la licuadora podrían ser responsables. En fin, me voy a hacer milanesas de soja que encontré en una zapatería


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 25, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¡Bienvenido al  increible mundo del sida!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora