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A la mañana siguiente sasuke paso de ser un tipo serio y sombrío a ser el mismísimo sol, los empleados de su mansión no podían simplemente ignorar que al chico al que servían había cambiado de la noche a la mañana como por arte de magia y no solo ellos pudieron percibir sino que también toda la universidad a la que asistía sasuke pudo notar la alegría desbordante que emanaba sin control y la sonrisa boba que no se desvanecía de su rostro.

Naruto, por otro lado, estaba algo deprimido, ya que su encuentro con sasuke la noche anterior había sido interrumpido debido a que una de sus mejores amigas se había pasado de copas, sin embargo, nunca pensó que fuera posible sentirse de esa forma tan indescriptible como se sintió con solo dirigirle algunas palabras a un sujeto con el que nunca había dirigido palabra, pero que a la vez aparentaba conocerlo de toda la vida, ese viejo sentimiento tan conocido que no sentía hacía mucho tiempo siquiera con su propia familia, se hizo presente durante toda la conversación para luego permanecer presente en su corazón

Se la habían pasado increíble, aunque solo charlaron por aproximadamente dos horas, pero fueran las dos mejores horas de las vidas de ambos, pues aquel sentimiento cálido penetro en los corazones tanto de sasuke como de Naruto, y parecía no tener intención de dejarlos, pues el resto de clases solo pudieron tener algunos encuentros de miradas ocasionales o vagas memorias de la noche anterior que aunque no lo notaran se estaban asiendo cada vez más frecuentes

Todo el día fue así, Sasuke ya estaba acostumbrado a no hablar con Naruto, pero para su contrario era algo nuevo no podía evitarlo, pues había quedada encantada con ese bello chico, lo que más anhelaba era que se le presentara la oportunidad de encontrarse y volver a retomar la plática del día anterior, lamentablemente esto no fue así, ya que todo el día ellos dos estaban en clases diferentes en dos mundos distintos, separados, alejados, pero a la vez unidos y tan cercanos, pues sus corazones y sentimientos se verían vinculados desde aquella noche bajo la plateada luna iluminando sus bellos pensamientos, sus sentimientos y guardando el secreto acompañándolos toda la velada  

Al finalizar el día, no se habían encontrado, se convirtió en un pensamiento involuntario que no se cumpliría, Naruto y sasuke ya se habían dedicado a olvidar todo lo anterior, pues es simplemente ridículo toda la situación

Los dos jóvenes se dirigieron hacia sus respectivas residencias, pues ya era tarde. Por un instante, sus caminos se cruzaron, sasuke se encontraba solo y Naruto acompañado de sus amigas. Sin embargo, el destino no permitió un encuentro, y ambos se marcharon por caminos completamente distintos y no se volvieron a cruzar.

Naruto llego a su hogar que realmente era acogedor y se podría decir que humilde tomando en cuenta la fortuna que amasaba la familia uzumaki, pero a pesar de todo eso él lo odiaba, pues su familia eran casi como desconocidos, nunca estaban en su casa, sino que en el trabajo o en viajes de negocios y la única parte de su vida en donde estaban verdaderamente presentes fue en su infancia, de ahí en adelante sus cuidadores eran niñeras, pero entre tantos trabajadores qué tubo a su servicio a los que mas apreciaba era a una criada pelirroja que rondaba entre sus cincuenta años, y su guardaespaldas rubio, que mas bien era como su psicólogo personal a quien le pedía consejos para diversas situaciones, sin duda lo que lo hacía volver a esa casa cada día eran esas dos personas tan preciadas para su vida quienes habían tomado el rol de padres y él quería como tal.

Lo primero que hizo al llegar a casa fue tomar un baño para olvidar todo el estrés que había acumulado en su universidad, tantos trabajos para entregar, tantos temas que no comprendía y la infinidad de clases en las que se dormía por haberse trasnochado para intentar salvar el semestre, ¿acaso los profesores no tenían compasión con sus pobres estudiantes agotados?

Su bien trabajado cuerpo agradecía el suave tacto del agua tibia, el agradable olor de las velas aromáticas, y la tenue luz que había en la habitación hacía del momento algo exquisito de disfrutar y un momento perfecto para meditar sobre su día recordando a aquel pelinegro que estaba entrando poco a poco a su corazón 

Era algo inexplicable, solo sucedió. ¿En dónde se encontraba aquel joven durante toda su vida?, estaba convencido de nunca haberlo visto previamente, pues no era sencillo olvidar aquella forma de expresarse tan propia de él, era algo maravilloso y que no encontraría en otra persona. Quizás esa forma única de ser fue lo que lo llevó a la situación actual

-me estaré volviendo loco?- suspiro, ni el mismo se entendía, en que momento sucedió todo, solo hablo con él dos horas y luego lo tenía a su merced -¿podría ser esto brujería?- su mente solo podía formular una pregunta, ¿qué fue lo que hizo sasuke uchiha para tenerlo de esa forma?, quisas fue el ambiente tan acogedor que lo impulsó a exponer sus pensamientos y crear un lazo de confianza involuntaria o probablemente fue su hermoso rostro que se volvió el ejemplo perfecto del equilibrio entre formalidad y erotismo

No importaba el caso, no podía negar que sasuke uchiha poseía un encanto único y peculiar. Ahora podía entender a todas las chicas e incluso algunos chicos de la universidad estaban rondando alrededor de él

 -¡Ah! -exclamé con un suspiro - el amor es la droga más fuerte a la que se puede someter el humano, y yo odio la droga- dijo, abandonando su baño acogedor y relajante para encaminarse hacia su habitación y colocarse su pijama, se recostó en su cama con intención de dormir.

 -te odio sasuke uchiha, ¿qué me has hecho?- hizo una mueca para ir cerrando sus ojos poco a poco. En su mente, los recuerdos de su noche con aquel joven pasaban como si fuera una película que no se volverá a repetir

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⏰ Última actualización: Dec 01, 2023 ⏰

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Conquistando a Un RubioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora