Eternal.

La noticia.

AMIDA

Al abrir lentamente los ojos me encontraba mirando el techo por un rato, hasta que decidí por fin levantarme y ver si me
habían aceptado en aquel trabajo que eché currículum la semana pasada, era un psiquiátrico que se encontraba en la otra punta de Australia de donde estaba yo. Hace unos meses terminé por fin mi carrera en la universidad , siendo sincera, no me había pasado demasiadas cosas interesantes como suelen mostrar las historias en Wattpad de las que tanto fantaseo.

Lo más cercano que tuve a una historia parecida fue cuando conocí a un chico, «el cual fue mi novio tras varias citas» pero no llegamos a mucho porque decidí ponerle fin al enterarme que me fue infiel con una chica. Mi habitación se encontraba un poco desordenada ya que ayer estuve guardando la ropa de verano, se acercaba el otoño y había llovido en varias ocasiones... En una de esas estaba yo con uno de mis shorts cagadísima de frío, por eso ayer empecé con el cambio de ropa. Tras ordenar un poco el desastre de mi habitación fui al baño y me di una larga y caliente ducha, la cual me dejó la piel bastante roja pero no le di demasiada importancia ya que me había relajado ahí, dejando mis nervios y pensamientos sobre lo que le pasará a mi vida ahora en adelante.

Cuando me di cuenta eran las 11 de la mañana, por lo que al salir de la ducha me dejé el cabello suelto y me lo cepillé con las manos deprisa, sentí mi pelo húmedo recorriéndome la espalda y por mis caderas pero no le di importancia aunque sabría que posiblemente me iba a enfermar. Mi outfit se basaba en unos vaqueros holgados y una sudadera color gris ancha, me vestí en en tiempo récord con el que me sentí orgullosa (me podría describir yo misma como persona torpe y que usualmente llegaba tarde a todos lados pero saltémonos ese paso), fui directa a mi habitación. Dispuesta a ver si me habían contestado, pasé por el montón de ropa tirada en el suelo echas en forma de bola y abrí mi ordenador. Entré en el correo y fui directa a la bandeja de entrada para comprobar ver si me habían aceptaban o no. Tenía bastante ilusión, me había esforzado por ser una de las mejores en mi clase y por fin estaba cumpliendo mi sueño, solo era cuestión ahora ver si conseguía el trabajo o no. Con mis dedos temblorosos presioné la tecla y empecé a leer...

De Amanda Wilson para Amida Baker:

Buenos días Amida, ojeamos el curriculum que mandaste la semana pasada, vimos tu expediente
y nos encantó la idea de tenernos con nosotros. Estaremos encantados
con tu presencia como una más, te informaremos sobre un paciente que vino desde otro psiquiátrico de Alemania, te daremos los detalles cuando estés presente, te informamos que empezarás el lunes siguiente, tienes tiempo.
Tenemos para ti un departamento el cuál está a unos minutos del psiquiátrico y no te resultará difícil venir, ya que nos solicitaste también si era posible lo mencionado si te contratábamos, el departamento es bastante amplio y se encuentra ubicado en un pueblo llamado "Byron Bay".

Saludos.

Al terminar de leer el correo electrónico estuve dando saltitos de alegría, había conseguido mi sueño, las metas que Amida se había propuesto al cumplir tan solo los 13 años. Empecé a buscar mi teléfono durante un rato y lo encontré entre las sábanas, corriendo llamé a mi mejor amiga Lily, la cual conozco desde que tengo uso de razón, parecemos hasta hermanas (cosa que la gente suele decir por el parecido que tenemos) y mis padres la tratan como una más. Sé que puedo contar con ella y si me dan cualquier noticia, ella es la primera en saberlo.

Le conté que me habían aceptado el trabajo y esto hizo que las dos empezáramos a gritar de la alegría, charlamos durante un rato y decidí colgarle porque era sábado, planteaba ordenar el desastre de mi habitación y hacer la maleta para ir a mi nuevo departamento, me faltaba contar lo ocurrido a unas personas muy importantes para mí. Mis padres; bajé las escaleras rápidamente y fui en busca de ellos. Mi madre estaba tomando su café en la isla de la cocina y mi padre se encontraba al lado leyendo el periódico, sentado en el taburete de la cocina, me vieron y posaron sus ojos en mí.