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Las fiestas estaban llegando a la isla, pronto llegaría diciembre y con ella las tradiciones y decoraciones.

Cellbit y Roier, habían hablado con sus pequeños hijos sobre decorar el castillo, quienes al escuchar aquellas palabras corrieron por luces, esferas y demás.

—¡no corran! Tengan cuidado-grita roier viendo como pepito saltaba escalones abajo, era seguido por su hermano mayor y el brasileño.

—¿qué paso mi leo?-pregunta a su hermana al verla en el marco de la puerta.

La niña había pasado la noche en el castillo por motivo de una pijamada, ahora había quedado envuelta en las preparaciones navideñas.

—acabo de despertar tontoier-respondió de manera ruda, camino al sofá, donde se hizo un pequeño nido entre los cojines.

El mexicano rio al ver a su hermana medio dormida y empezó a hacer lugar para las decoraciones, moviendo muebles y despejando lugares, cuando fue casi imposible no escuchar el ruido de las tres personas que subían a la sala.

Los niños y su papá venían con cajas llenas de mis cosas, roier al ver todo se preocupó, tanto como cuando vio el pino escogido por su esposo, era demasiado, pero era un castillo, pero seguía siendo demasiado.

—solo me imagino la chinga que va a ser quitar esto antes de año nuevo-suspiro el mexicano.

—podemos dejar las luces hasta enero, es nuestro hogar, son nuestras reglas-animó el brasileño.

—e' cierto e' cierto-dijo roier más animado, agarrando cosas de la caja y regándolas por el lugar.

richas y pepito se habían adelantado a la plática, estaban colgando esferas de manera dispersa por todo el pino, ajenos a los adultos.

Leo había despertado cuando su sobrino menor le lanzo una esfera, a propósito, uniéndose a la decoración del pino navideño.

—guapito...-llamo la atención de roier estaba pasando una guirnalda por medio de todas las ramas posibles.

—dime cellbo-murmuro, estaba concentrado en que todo quedara simétrico.

—estos últimos meses no hemos celebrado nuestro casamiento-dijo con un poco de timidez.

Casi siempre se les olvidaba, pero hacían algo significativo luego, pero desde la ida al purgatorio, el regreso de los niños y la adopción de pepito, había sido imposible para los dos.

—lo se gatinho, me gustaría hacer algo significativo para los dos-suspiro con algo de duda, él también estaba pensando en que hacer.

Luego de un silencio de un par de minutos, roier grito su gran idea, dejando a Cellbit totalmente fascinado, tanto que llamaron a vegetta y foolish para que a la hora de recoger a leo se quedaran un rato.

La tarde llegó, los dos adultos y los tres niños fueron a casa de roier a disfrutar de un almuerzo y la piscina que pertenecía al mexicano.

—pepiux, pepito, pepini, pepinillo, pepe-llamaba roier al menor, quien hacía oídos sordos.

El mexicano cansado resoplo y rodó los ojos, el niño llevaba 30 minutos en la piscina, cuando ya había pedido que saliera a alistarse.

richas estaba en el castillo de bobby terminando de arreglarse con ayuda de su papá, leo estaba con foolish haciendo lo que mejor sabían hacer, construir un pequeño lugar para lo que haría la pareja.

—¡venga ya niño!-regaño cariñosamente el español a su nieto, sacándolo de aquella piscina.

El pequeño no hizo ninguna escena, típico de él, era muy bien portado pero un poco caprichoso.

OS [guapoduo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora