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El perfecto y disciplinado presidente de la clase.

Lo odio.

Odio tanto esa obsesión que tiene con seguir las reglas.

Odio que sea tan perfeccionista.

Odio que todo sea cuadrado para él porque solo así las cosas saldrán bien.

Odio que sea tan guapo.

Odio que su cercanía me ponga nerviosa.

Odio no poder dejar de pensar en él.

Odio tener pensamientos calientes con él.

Odio tener sueños húmedos con él.

Odio haber tenido que tocarme pensando en él por culpa de esos sueños que no me dejan en paz.

Odio a Iida Tenya.

Todo esto comenzó cuando ingresé a la escuela, a primera vista pude ver lo guapo y trabajado que estaba, serio y sobretodo inteligente, los chicos inteligentes son mi punto débil.

Miraba como participaba, daba su opinión cada que creía indicado, me parecía una persona apasionada, solo hasta que llegó a hartarme.

Sí, es inteligente, guapo, educado, todo eso que me gustaba, pero de alguna forma también me molestaba. Siempre tan recto, obedeciendo las reglas y gritando para que los demás las siguiéramos.

-Quedan dos minutos para que comience la clase ¿Por qué siempre es tan impuntual ___?

-¿No es obvio? Adoro escuchar tus reclamos, tu voz es como música para mis oídos señor delegado.

-Responder con sarcasmo a una pregunta es de mala educación señorita.

-¿Te pisé florecita? Si te molesta mi forma de responderte simplemente ignórame Tenya, no sé qué ganas con darme el mismo sermón todos los días. -dije tratando de pasar por su lado para largarme a mi lugar y dormir otro rato.

-Soy el delegado de la clase, una de mis tareas es ver por mis compañeros. -se interpuso en mi camino de forma que ahora mi cara estaba en su pecho.

Traté de alejarme lo más rápido posible de él poniendo mis manos en su pecho, pero al hacerlo todo fue peor.

Al tocarlo fue como si estuviese volviendo a esos sueños que no me dejan dormir durante la noche, todo esto hace que algo dentro de mí se encienda y expanda por todo mi cuerpo, mi mente llena de pensamientos y escenarios donde él y yo somos protagonistas, llegando a ese lugar donde mis jugos vaginales caen.

Mierda y más mierda.

-Si gustas puedes ir por mí para asegurarte de que no se me haga tan tarde señor delegado -dije con sarcasmo- o simplemente déjame en paz Tenya -lo empujé con fuerza para luego pasar a su lado e irme a mi lugar habitual al fondo del salón y apretar las piernas tratando de tranquilizarme.

Las clases pasaron como normalmente son: aburridas.

Por el resto del día traté de no toparme con él de nuevo.

Evitar todo contacto con él es desde ahora mi objetivo.

No sé qué es lo que haré para detener a estar hormonas degeneradas que provocan en mi eso que no quiero que provoque.

Por el día de hoy lo logré.

Llegando a casa lo primero que hice al entrar fue quitarme el uniforme quedando solo en ropa interior.

Cociné, limpié e hice la tarea de esa manera; que llegue tarde a la escuela, me aburran las clases y odie a medio mundo no quita que sea responsable con mis deberes.

OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora