Capitulo Uno

86 11 0
                                    

Quien diría que aquella persona tan respetable y elegante estaría al borde del abismo en estos momentos, Neuvillette o más conocido como juez supremo se encontraba vomitando pequeños pétalos llenos de sangre al parecer nuestro juez había adquirido la enfermedad de las flores o más conocida como hanahaki.

A lo lejos se escuchaban como los habitantes de Fontaine se resguardaban de la fuerte tormenta qué no parecía tener fin, aquellas lluvias qué duraban minutos ahora no parecía querer detenerse y había un motivo detrás de esta tormenta pues la leyenda de aquel dragón qué cada vez que se sentía mal hacia llover resultó ser verdad pues aquel peliblanco llacia escondido en su habitación derramando pequeñas lágrimas ya que se encontraba con un fuerte dolor de pecho como si su corazón estuviera muriendo lentamente mientras que de su boca se escapaban aquellos tan llamativos pétalos de cerezo manchados de sangre.

- Esto es tan lamentable. -
Exclamó una vez que termino de toser aquellos pétalos qué se creaba en sus pulmones y asfixiaban su corazón lentamente, pudo respirar al fin y decidió dormir un rato aunque sabía que no podría, si se preguntan que llevo a que esto ocurriera debemos regresar a una semana antes.

Era un día soleado como de costumbre, los pajaritos cantaban alegres, el juez supremo se encontraba como de costumbre en su oficina aunque cierto joven pelinegro se encontraba ese día sentado frente a él, ambos estaban hablando como de costumbre hasta que en algún momento Neuvilette se perdió en aquellos ojos azules qué le recordaban al océano, dejo de escuchar la voz de su compañero solo se quedo admirando a la persona que le gustaba porque si nuestro dragon estaba enamorado de aquel joven pelinegro.
- ¿Juez? -
Pregunto confundido al notar que el contrario no le estaba prestando atención.

- ¡Neuvilette! -
Alzó un poco la voz está vez logrando qué el otro saliera de sus pensamientos y le prestará atención.

- ¿Ocurre algo? -
Aclaro su garganta antes de hablar de nuevo.

- Dejaste de prestar atención así que si esto no es lo suficientemente importante para ti lo lamento pero si es importante para mi. -
Elevó un poco su voz haciendo notar su claro enojo por el desinterés de Neuvilette.

- No es lo que piensa, cada tema es importante para mi. -

Si eso fuera verdad, prestaría atención a lo que digo, veo que ser Juez Supremo le subió los humos. -
Estaba más molesto, sabía que el otro nunca haría de menos ningún asunto pero verlo distraído lo molestaba.

- Wriothesley por favor no diga eso. Aclaremos este mal entendido. -
Exclamó aunque esta vez no estaba tranquilo como de costumbre sino que en su voz se le notaban los nervios.

- Bien, entonces dígame ¿Qué es tan interesante como para que se distraiga el Juez Supremo? -

"Tú" es algo que hubiera querido decir en ese momento nuestro peliblanco sin embargo no dijo nada.
- ¿No dirá nada? Bien. -
Dio un paso hacia atrás para retirarse de aquel lugar cuando sintió como el otro lo tomo de el brazo.
- ¡Espera Wriothesley! -
Sus ojos se posaron en aquel rostro qué tanto le gustaba.

- ¿Necesitas algo más Juez Supremo? -
Estaba demaciado enojado qué nisiquiera podía ver a los ojos al peliblanco.
- Wriothesley... No quiero que tengamos este mal entendido por favor. -
- Si no lo desea es mejor que me responda a mi pregunta de hace un momento. -
Neuvilette respiro profundamente antes de mirar a los ojos al pelinegro y volver a hablar.
- Wriothesley... Tú eres la razón de porque no me puedo concentrar en nada últimamente. -
- ¿Qué dic-.. -

- Dejame terminar de hablar, por favor. - Tomo otra bocanada de aire antes de continuar hablando. - Me repetí una y otra vez cada día que no debía enamorarme de ti pero cuando menos lo espere ya me había enamorado, nuestra especia solo se puede enamorar una vez en toda la vida ya que vivimos demasiado. - Wriothesley era el único que sabia que Neuvilette era un dragón promordial.
- Negué rotundamente mis sentimientos hacia ti porque sabía que si no lo hacía, serias mi perdición aun asi aquí estoy diciéndote todo esto cuando se mejor que nadie qué no sientes lo mismo. -
Exclamó una vez que termino de contar como se sentía al respecto y dejo hablar por fin a Wriothesley.

Mi amado. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora