Jihope_VIKING

ᛗ

Jimin se había prometido no caer bajo la tentación y únicamente atender al omega con su calor, dándole toques a su lujurioso cuerpo, sin embargo y a pesar de que había pasado más de tres horas así, haciéndolo venir con su boca y otras formas, el omega seguía irremediablemente caliente.

Por lo que tuvo que tomar una nueva decisión. Una marca.

Una marca temporal, por lo general estas eran conocidas por no dejar la cicatriz permanente que te une el resto de tus días con el omega, esta más bien era utilizada para celos intensos y en casos como este. Hoseok probablemente al tener una haría que su lobo se relaje y lleve las cosas con mayor calma para el humano.

  —Hoseok, lo siento, pero necesito que tu celo baje—. Soltó un largo y pesado suspiro, girando el cuerpo del azabache con una gran facilidad.

Hoseok era un muñeco bajo los brazos del poderoso alfa.

  —Esta es la única manera—.  Comenzó a esparcir besos cariñosos por el hombro delgado del omega, hasta llegar a sus glándulas enrojecidas.

Esas que parecían latir diciéndole "Hazlo, muérdeme"

Jimin sabia que el omega entendía parte de lo que decía, al menos una que otra palabra, por lo que completamente incomunicados no estaban, o al menos sus cuerpos parecían comunicarse entre ellos, porque irremediablemente se acoplaban maravillosamente aunque no hubiese penetración.

  —Jimin—. Su nombre saliendo en un gemido dulce y anhelante por parte del omega, hizo que Jimin lleve la cabeza hacia atrás un momento, intentando controlar la manera en que su erección se endurecía.

  —La marca desaparecerá—. Ese susurro fue casi silencioso, tratando de convencerse de que era lo correcto.

No podia marcar al omega permanentemente aunque las ganas no faltaran, no podía abusar del celo del omega y utilizar la calentura de este como beneficio para reclamar a Hoseok. No cuando el quería ser libre y tenia el derecho de elegir sobre lo que Quería. Incluso si se enamoraba y no era de él.

Deslizó las manos por la cintura ajena, la suave piel siendo rozada por las callosas manos arranco un nuevo gemido a Hoseok, quien mordió sus labios y cerró los ojos ante la placentera sensación. Jimin siguió su tarea hasta llegar al pequeño y lampiño pene del omega el cual acarició antes de empezar a masturbar. Sus colmillos picaron cuando lamió la zona del cuello, respiró profundo el aroma de las flores de loto y los tulipanes antes de abrir nuevamente la boca y encajar sus dientes.

Hoseok abrió los ojos por la presión placentera y picosa de su nuca, una ráfaga de electricidad corrió por su cuerpo, casi entumeciendolo, le costaba asimilar lo que el alfa había hecho. Sin embargo no se enojo, sabía que el alfa lo haría y aunque no era una marca permanente lo que pincho un poco su pecho, era suficiente para sentirse en las nubes.

Soltó un nuevo y largo suspiro, viniendose en las manos fuertes del hombre.

Luego de otro par de horas, Jimin corrió su largo cabello sudado hacia atrás y depositó un suave beso en los labios del omega.