único

1.7K 140 2
                                    

—Solo estoy de pasada —replicó por décima vez Roseanne a su hermana— Necesito un buen trago, eso es todo y vuelvo.

—Park, te recuerdo que tu vuelo sale mañana a las 5am —enfatizó Lisa— ¡No bebas demasiado!

Roseanne llegó al bar sin ningún tipo de complicación, se orientaba bastante bien a pesar de ser una extranjera. Había tres taburetes disponibles y se subió al del medio. El bartender le preparó un coctel, y luego la dejó sola.

Aunque la rubia no planeaba emborracharse, no le molestaba tomar sin compañía unas cuantas copas, ya luego calmaría a su hermana. Nada podía distraerla.

Bueno, eso fue hasta que vio a una peculiar castaña.

Piel blanca, cabello castaño sedoso y unos ojos color café que era demasiado intimidantes para las personas. Era demasiado atractiva para preocuparse la cantidad de algo que ya tenía en la sangre. Y lo mejor de todo... Estaba sola.

Sus ojos recorrieron descaradamente el cuerpo de la mujer, podría jurar que el vestido que usaba era de la última línea de Chanel... Reconocería ese escote donde sea, a Roseanne no le importaría poner sus manos en esas tetas.

La mirada de la rubia se hizo tan penetrante sobre la castaña que esta le devolvió la mirada sonrojada. Roseanne arqueó una ceja como respuesta y levantó su bebida. La respuesta no tardó en llegar, cuando el mozo se acercó y le entregó una bebida.

—Disculpa, yo no pedí esto —contestó, es verdad que no se negaba a un buen trago, pero tampoco quería una deuda.

—Se lo manda la castaña de allá —señaló el mozo.

Las cejas de la rubia se levantaron y dirigió una sonrisa a la castaña que la miraba. La mujer río, cogió su bolso Chanel y comenzó a caminar.

—Jennie —dijo, mientras se sentaba en el taburete siguiente al que estaba Roseanne— Me llamo Jennie.

Roseanne sonrío.

—Gracias Jennie, un gusto.

Y la rubia no pudo decir más, estaba ocupada comiéndose con la mirada a Jennie. Ahora que la tenía más de cerca podía apreciar aún más clara su belleza: Poseía unas curvas que se enmarcaban perfectamente con el vestido, pero Roseanne se perdía repentinamente en el escote de la contraria.

—Soy Roseanne.

Jennie sonrío y le dio la mano a la rubia, la verdad era atractiva, llamaba la atención en el bar y bueno aunque ella solo vino para resolver un contrato de su padre, nunca estaba mal algo de entretenimiento.

—Me gusta tu vestido —comentó Roseanne— Te ves jodidamente bien en él.

Los ojos de Jennie se clavaron en la rubia.

—¿Siempre eres así de lanzada?

Roseanne encogió los hombros, en este caso con tremenda mujer, quién no sería.

Antes de que tuviera la oportunidad de responder, Jennie se excusó para ir al baño. Roseanne la vio irse y no pudo evitar quedarse mirando el trasero de la contraria en el proceso. Justo antes de que Jennie llegara al pasillo donde estaban los baños, se giró sobre si misma para mirar a la rubia y guiñarle un ojo.

Bueno, eso definitivamente era una invitación.

Roseanne tomó su chaqueta lo más rápido que pudo y corrió tras Jennie. La encontró lavándose las manos, la rubia solo hizo una revisión por el perímetro antes de cerrar la puerta con seguro y jalar a Jennie del brazo para besarla contra la pared. La castaña no parecía sorprendida, al contrario, se aferró a la rubia, cuidando de pegar su cuerpo lo suficiente contra ella.

𝙥𝙤𝙨𝙞𝙩𝙞𝙤𝙣𝙨 - 𝙘𝙝𝙖𝙚𝙣𝙣𝙞𝙚 𝙤𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora