Prólogo

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Kim JaeJoong, como siempre, fue el primero en llegar a bordo de su lujoso auto a la clínica Saint Angel en donde trabajaba. Bajando con la sonrisa más brillante que tenía, saludando a cada colega y enfermera presente.

Sabía bien como las chicas lo miraban, y no solo ellas, sino que hombres también, pero esto último era extraordinariamente deshumanizante. Intentaba enfatizar en la masculinidad, poses mas varoniles, perfumes con olor a macho alfa, pero aun así seguía llamando la atención de ellos y era extremadamente frustrante no deshacerse de esas chocantes miraditas y coqueteos contantes que definitivamente no le interesaban. Joder, solo quería que lo dejaran en paz.

—Diablos— Susurró y masculló ante la llegada de su pretendiente. Una enfermera que fue presentada por sus padres en una cena cualquiera hace unos meses ¿La razón? Dinero, solo el puto dinero y que más encima le sobraba. Lo malo es que sus padres no entendían que él no estaba interesado en esa mujer, y menos, la quería como esposa. Con veinticuatro años aún no pretendía casarse y hacerlo por unos negocios de su padre, le era una idea totalmente descabellada. No le arruinarán la vida de esa manera. No iba a permitirlo, ni aunque le estuvieran apuntando con un arma. 

—¿JaeJoong cuando vendrás a comer conmigo?— La mujer se acerco con una sonrisa que al parecer ella encontraba seductora. Podría serlo, quizás, pero no para JaeJoong que solo la consideraba un ser arrastrado y una completa caza-fortunas que no se daba cuenta de su irritante personalidad. 

—No te he dado la confianza para que me llames solo por mi nombre— Espetó después de mirar sus feos zapatos. Su mal gusto solo le quitaba puntos.

—Lo siento. Doctor Jae— Ella sonrió levemente y se inclinó, demasiado cerca, según JaeJoong. Tanto que tuvo que retroceder unos pasos para que no lo tocara.

Lo miro a los ojos para intimidarla por su audacia con su persona. Aprovechando de observar sus rasgos y no, definitivamente ella estaba muy lejos del tipo ideal de mujer que deseaba como pareja y como esposa —Soy el Doctor JaeJoong.

—Disculpa.

—No me tutees— Su exasperación era tanteable y le jodía que ella fuera la única persona en el universo que no entendiera que la quería lo mas lejos posible.

La enfermera hizo una mueca y ya bastante irritada se le enfrentó —¿Cuando diablos saldrás a comer conmigo? Tus padres me dieron el dato del restaurante que mas te gusta—Se sonrojo—Podríamos visitarlo, juntos.

—Deja de humillarte mujer, no quiero comer contigo. Es más, para que ya no me mires con esa cara de odio, bastante molesta— Gruñó —Te diré que hoy seré bondadoso, te daré una pequeña esperanza. En el momento que veas, pero mira, ven...— Apuntó hacia la ventana —Ahí en ese lugar, justo entre esos frondosos árboles, si ves un cerdo volar, yo ese día o noche, da igual, saldré contigo.

—Eres cruel— La mujer que había sonreído ahora yacía mirando el piso con ojos decepcionados. 

JaeJoong sonrió, le gustaba cuando le decían eso, a pesar de que realmente no lo era, claro que con las personas que solo él quería, como por ejemplo, sus amigos. Con ellos era un amor y lleno de sonrisas.

—Si ya terminaste, tengo cosas importante que atender y tu no eres una de ellas.

¿Patán, mala persona, idiota? Seguramente es lo que pensaría una persona al oír esa conversación. La imagen que JaeJoong aparentaba, como se ha dicho anteriormente, contrasta un poco con la realidad, por lo que cada persona debe darse un tiempo para conocerlo.

Siwon y YooChun al llegar al lugar, pero sin decir nada y solo examinando la situacion, se miraron entre ellos. Todos los días se encontraban con una escena similar. Una escena en donde el Doctor JaeJoong estaba peleando o discutiendo con alguien.

Estúpidamente guapo (YunJae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora