Douma era un niño que amaba la moda y el arte. Desde pequeño, le gustaba dibujar y coser sus propios diseños, inspirados en sus personajes favoritos de libros, películas y videojuegos. Douma soñaba con ser un modelo o un diseñador de modas, y mostrar al mundo su estilo único y creativo. Sin embargo, no todos apreciaban su talento y su pasión. Sus padres, que eran muy conservadores y tradicionales, no entendían ni apoyaban su vocación. Ellos querían que Douma fuera un médico o un abogado, y que se vistiera de forma normal y discreta. Sus compañeros de escuela, que eran muy crueles y burlones, se reían de él y lo llamaban "raro", "friki" o "marica". Douma se sentía solo y triste, y solo encontraba consuelo en sus amigos virtuales, que compartían sus gustos y aficiones.
Un día, Douma recibió una invitación para participar en un concurso de moda online, organizado por una famosa revista de moda. El concurso consistía en crear y modelar un atuendo original, basado en un tema elegido por los organizadores. El tema de ese mes era "fantasía medieval". El ganador del concurso recibiría un premio en efectivo, una suscripción a la revista y la oportunidad de aparecer en la portada. Douma se emocionó y decidió participar. Pensó que era su gran oportunidad de demostrar su talento y de cumplir su sueño.
Douma se puso manos a la obra y empezó a diseñar su atuendo. Quería hacer algo espectacular y diferente, que reflejara su personalidad y su imaginación. Se inspiró en su personaje favorito un mago de hielo llamado Kira. Douma creó un traje azul y blanco, con detalles plateados y cristalinos, que simulaban el hielo y la nieve. El traje tenía una capa, una túnica, unos pantalones, unas botas y unos guantes. También tenía un sombrero, una bufanda y un cinturón, donde colgaba un libro de hechizos y una varita mágica. Douma cosió y bordó cada pieza con mucho cuidado y esmero, usando telas, hilos, botones, lentejuelas y otros accesorios que había comprado o reciclado. Cuando terminó, se probó el traje y se miró al espejo. Se sintió orgulloso y feliz de su obra. Se veía hermoso y poderoso, como un verdadero mago de hielo.
Douma tomó su cámara y se hizo varias fotos con su traje, en diferentes poses y ángulos. Luego, eligió las mejores y las subió a la página web del concurso, junto con una breve descripción de su atuendo y su inspiración. Esperó con ansias los resultados, que se darían a conocer al final del mes.
Mientras tanto, en la escuela, Douma tuvo que enfrentarse a una nueva humillación. Alguien había descubierto su participación en el concurso y había difundido sus fotos por todo el colegio. Los demás alumnos se burlaron de él y lo insultaron, diciéndole que su traje era ridículo y que parecía una niña. Incluso algunos profesores lo regañaron y le dijeron que se dedicara a estudiar y que dejara de perder el tiempo con esas tonterías. Douma se sintió avergonzado y dolido, y deseó desaparecer. Se encerró en el baño y lloró.
Pero no todo estaba perdido. Douma recibió el apoyo y el ánimo de sus amigos virtuales, que le dijeron que su traje era increíble y que no hiciera caso a los malos comentarios. También recibió el apoyo y el elogio de los organizadores del concurso, que le dijeron que su traje era uno de los mejores y que tenía muchas posibilidades de ganar. Douma se sintió aliviado y agradecido, y recuperó la confianza y la esperanza.
Finalmente, llegó el día de la entrega de los premios. Douma se conectó a la página web del concurso y esperó con nervios y emoción el anuncio del ganador. Cuando lo escuchó, no podía creerlo. ¡Él era el ganador! Su traje había sido el más votado por el público y el jurado, y había superado a cientos de participantes. Douma se puso a saltar y a gritar de alegría. Había logrado su sueño. Había demostrado su talento. Había triunfado.
Douma recibió su premio, su suscripción y su portada. Su foto apareció en la revista, junto con una entrevista donde contaba su historia y su pasión por la moda Su traje se hizo famoso y admirado por miles de personas, que lo felicitaron y lo alabaron. Douma se hizo conocido y respetado en el mundo de la moda y recibió muchas ofertas de trabajo y colaboración. Douma aceptó algunas de ellas, y empezó a trabajar como modelo y diseñador de modas, creando y luciendo sus propios diseños. Douma se sintió realizado y feliz, y nunca dejó de crear y de soñar
