— Anthony... O sea, ¿ya no eres virgen? —preguntó Kira, con una sonrisa pícara que provocó que mis mejillas ardieran de vergüenza. Aunque mi experiencia con Ethan había sido especial, el hecho de que alguien más lo supiera, y menos Kira, despertaba una incomodidad palpable.
— S-sí... y fue... wow, él fue tan... tan gentil... y yo... solo —balbuceé, nervioso ante la mirada inquisitiva de Kira.
— Resumiendo, fue existente —concluyó Kira con una sonrisa, alzando ligeramente la ceja de manera juguetona.
Mis ojos se encontraron con los suyos, mis mejillas comenzaron a arder y nerviosamente respondí
— Bueno... existente... si fue pero también fue mágico.... —respondí, tratando de desviar la conversación hacia terrenos menos incómodos.
Kira se incorporó del sofá con gracia felina, moviéndose con una seguridad que me resultaba intrigante. Aún no sospechaba que ella había observado cada momento íntimo de la noche anterior.
— No puedo evitar preguntarme, Anthony, ¿Cómo es eso de ser el primer amor real de alguien? —inquirió Kira, cambiando abruptamente de tema, aunque algo en su tono sugería una astuta curiosidad.
— Es... es algo difícil de explicar. Es como si encontrara una parte de mí mismo en él, algo que va más allá de lo físico —respondí, tratando de describir un lazo que apenas comprendía.
La sonrisa de Kira se amplió, y sus ojos reflejaban una chispa sincera que escapaba a mi percepción.
— Interesante. Debe ser fascinante compartir ese tipo de conexión tan profunda con alguien. Pero, ¿Qué pasa si descubres que no es tan profunda como pensabas? —preguntó, lanzando una mirada enigmática que dejó un escalofrío recorriendo mi espina dorsal.
— No lo sé, supongo que sería devastador —respondí, restándole importancia al asunto
Inocentemente, compartía detalles de mi experiencia con Ethan, confiando en Kira como una amiga... ella era mi amiga, en alguien quien confiaría mi vida...
— ¿Cómo fue tu primera vez? —pregunté, intentando desviar la atención de mis propias revelaciones.
Kira respondió con una risa ligera y evasiva, ocultando hábilmente cualquier indicio de su conocimiento sobre mis encuentros íntimos.
— Oh, Anthony, cada experiencia es única. No hay dos historias iguales —comentó con un toque de misterio en su voz.
Me sumí en la charla despreocupada, confiado en la aparente sinceridad de Kira.
Pasaron dos semanas desde esa conversación aparentemente casual en la cafetería, y mi vida continuaba como siempre, al menos en apariencia. Seguía compartiendo risas y secretos con Kira, aun tenia mis "sesiones" con el "consejero" Ethan todo a puerta cerrada con seguro... a veces me repetía constantes disculpas de como fue mi primera vez con el, yo siendo tan joven, rápidamente lo callaba con un beso y le aseguraba que yo estaba completamente seguro y que tenia mi consentimiento y de ese modo Ethan se lograba tranquilizar un poco.
Sin embargo, un día, algo cambió. Comencé a sentirme extraño, con malestares que me asaltaban sin previo aviso. La nausea se volvió una constante, y los vómitos me acosaban con frecuencia. Al principio, pensé que podría ser solo una gripe, pero cuando los síntomas persistieron, la preocupación se apoderó de mí.
— Kira, no sé qué me está pasando. Me siento mal todo el tiempo y no puedo dejar de vomitar —confesé, buscando apoyo en mi supuesta amiga.
Ella, con una expresión de preocupación, sugirió que podría ser solo estrés o una mala digestión. Decidí seguir su consejo, aunque la sombra de la duda comenzaba a extenderse en mi mente.

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Edad....
FanfictionEdad... eran tan solo números pensaba Anthony Larusso... tan cegado estaba por su amor a ese hombre... de 22 años... que no se daba cuenta que poco a poco lo consumía... Todos intentan separarlos sin darse cuenta que en el proceso lastiman a Anthon...