Espíritu de Venganza (Furia de Corazón de Fuego Libro 2)

Capítulo 22

El trío atravesó los oscuros pasillos y escaleras de la torre más pequeña y aceleró a través del pasaje que conectaba la torre Watari con la torre principal. A medida que avanzaban, guiados por el sistema GPS, León informó a sus amigos sobre el plan de Osakabe para purgar a la humanidad.

"Pobres niños... ¡Deben estar absolutamente aterrorizados!" Dijo Sara.

"El hijo de mi cliente probablemente esté en ese grupo", dijo Jake. "Me sentiría muchísimo mejor si pudiera devolverle a su hijo".

"Ya actualicé a Hunnigan. Se está desplegando el BSAA del Lejano Oriente para apoyarnos y sacar a los niños. También se está notificando al destacamento norteamericano", les informó León.

Sara suspiró agitadamente. "Me alegro de que Chris y Jill estén aquí; será bueno tener algunos aliados amistosos en caso de que encontremos algún problema territorial".

"¿Chris? Como Redfield?" preguntó Jake con brusquedad.

"Si, túhizo Entierra el hacha, ¿verdad, Jake? —dijo Sara bruscamente, lanzándole una dura mirada de reojo. —Chris hizo lo que tenía que hacer. Wesker no merecía tu ira."

"Oye, sé que mi padre era un psicópata de mierda que obtuvo lo que se merecía, pero todavía quiero respuestas que nunca obtuve", espetó Jake.

"Salimos de aquí, tal vez puedas hablar con Chris esta vez", dijo Leon con severidad. "Ahora mismo debemos centrarnos en detener a Hana, no en la historia oscura".

Un silencio incómodo los invadió mientras caminaban.

En ese momento, Sara empezó a sentirse incómoda. No se habían encontrado con más B.O.W. guardias en el camino, lo cual estuvo bien, pero la hizo sospechar mucho.

"Está demasiado tranquilo", murmuró a sus compañeros. "Algo está... mal."

"Leíste mi mente", dijo Jake.

"Tienes razón", dijo León. "Tengo el mal presentimiento de que estamos caminando hacia una trampa. Manténgase alerta".

El equipo salió a otro corredor. A pesar del corte de energía en la torre más pequeña, varias lámparas de pared iluminaban el amplio pasillo. El ominoso silencio fue roto por el sonido de la lejana música de Nagauta.

Todos intercambiaron miradas.

"Nos esperan", dijo Sara en voz baja. "Éste es el acto final de una sangrienta obra de kabuki."

"Entonces prepárate para montar un gran espectáculo", respondió León.

Sara sacó su arma y los hombres prepararon sus espadas.

Apagaron sus linternas y continuaron caminando hasta llegar a una escalera ascendente. En fila india, subieron cautelosamente las escaleras.

La música se hizo más fuerte cuando llegaron a la segunda escalera, haciendo eco inquietantemente a través de los pasillos vacíos. Subieron silenciosamente la última escalera y salieron al tercer piso de la torre principal.

Los pasillos, más estrechos aquí que en los pisos inferiores, estaban débilmente iluminados por linternas de papel rojas y amarillas que colgaban de las altas vigas. Las paredes estaban cubiertas de horribles máscaras kijo y lienzos. Sara reconoció una gran pintura yamato-e que presentaba una impresionante representación del demonio hime Osakabe rodeado de sus fieles secuaces.

"Parece que hemos llegado al vientre de la bestia", comentó Jake, mirando a su alrededor.

León ladeó la cabeza hacia la izquierda, haciendo un gesto a los demás para que lo siguieran.