Prólogo

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Comenzaba un nuevo año en Hogwarts, mientras los alumnos de primer año viajaban en tren, los alumnos de los últimos años hacían sus actividades. Uno de ellos, Draco Malfoy, estudiante que repetía el último año, se encontraba en una habitación secreta preparando pócimas y hechizos, pero cuando se decidía a salir y ocultar todo en lo que había estado trabajando; alguien toca su hombro, este sorprendido voltea dándose cuenta que era su maestro y encargado; Severus Snape, quien al ver todo en lo que había estado trabajando su alumno, lo lleva a su sala para hablar con él.

-Eres un buen alumno, pero todavía no comprendo como sigues en el último año.- dijo Severus mientras lo llevaba a su sala.

-La escuela no es para mí.- dijo, sin mencionarle la verdadera razón.

-Bueno, podría hacerte cambiar de opinión.- respondió al ver que su estudiante buscaba alguna forma de huir.

-Quisiera saber cuál es su solución.- respondió casi riéndose -¿Me llevará con la subdirectora McGonagall?

-No precisamente, podría presentarte a un profesor que te ayude con tus habilidades y a estudiar para que te gradúes.

-No necesito a nadie.- le respondió negándose rotundamente.

-Ya tomé la decisión. A partir de mañana recibirás tu nuevo horario de clases.-dijo firmemente.

Draco salió de la sala molesto, sabiendo que mañana lo vigilarían de cerca. Después de unas horas llegaron los estudiantes de primer año, que fueron recibidos por Draco Malfoy; como castigo por sus actos, pero este aprovechó la oportunidad para hacerles una broma. Mientras los alumnos admiraban los alrededores, Draco hacía pequeños movimientos discretos con su varita para realizar su broma; ubicó pócimas por encima de la puerta escondidas discretamente para no llamar la atención y volver a ser castigado.

Cuando creía que nadie lo había visto y todo saldría sin problemas y los alumnos pasarían por la puerta que da al interior y ser recibidos por la explosión, una pequeña burbuja evitó que el hechizo se active, evitando que las pócimas se mezclaran.

Draco atónito por lo sucedido, observó cada rincón buscando al responsable, pero ya había empezado la ceremonia de bienvenida, así que esperaría a que finalizara la ceremonia.

Terminada la ceremonia; y no encontrar al responsable, Draco se dirigía a la habitación para seguir con sus hechizos, pero alguien se lo impidió.

-Sal de mi camino.- dijo levantando su cabeza para ver quién le impedía el paso.

-Es un gusto conocerlo, señor Malfoy.-dijo el desconocido enfrente suyo.

Profesor PersonalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora