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El bullicio a pesar del sitio era intenso, o tal vez la morena era sólo quien lo percibía. Ruido a su derecha, ruido a su izquierda y miles de personas haciendo negocios.

Ugh.

Lo que hacía por su amiga ojiverde, hoy no era su mejor día, tenía jaqueca.

-Sam, ¿Segura de qué estas bien? -Lena preguntó por enésima vez, acercándose a su amiga-

-Si, si, no te preocupes es sólo una simple jaqueca -la morena respondió sin más- Este lugar es inmenso -comentó, pero siendo rápidamente ignorada por Lena- Si no la compras tú, lo haré yo.

-¿Qué? -Lena preguntó confusa, saliendo su estado de trance al ver un cuadro que le había fascinado desde que llegó-

-¡Esa pintura! La hemos pasado cuatro veces y tienes la misma reacción, comprala, por favor o terminarás haciendo una inundación por las babas -Lena la miró indignada- Es cierto, tu boca se abre de tal manera con asombro o no sé qué, me preocupa tu mandíbula -Lena rodó los ojos- No veo que le ves a esa pintura.

-Es un arte reconfortante -Lena comentó- Transmite cierta melancolía con la cual me identifico a veces -suspiró- Y esos trazos tan suaves, pero a la vez algo desordenados, y los colores... -suspiró profundamente-

-Babas -Sam mencionó y Lena cerró la boca- ¿Cuanto crees que cueste? -preguntó a su amiga, detallando la pintura- ¿1.000$?

Lena la miró ofendida por tal precio, girando la mirada para observar brevemente a su alrededor:

Estaban en la exhibición de Artes de Nacional City, la cual se presentaba cada año para desvelar a los artistas más conocidos o menos conocidos. La estructura era amplia y de paredes blancas, con espacios divididos para identificar a cada autor o autora. Había todo tipo de estilos, tamaños y colores. Pinturas sacadas de la inspiración o inspirada por situaciones en la vida de cada creador.

Lena admiraba aquello, la forma de expresar sentimientos de cada ser humano era única, y el arte o sus derivados, siempre tocaba una fibra de su ser. Quizás era sentimental en ese aspecto por Lionel, lo cuál nunca encontró en Lex, aunque ambos fueran hijos del mismo hombre.

-¡Lena! -Sam la llamó sacándola de su breve observación- Cuando te pierdes así me da miedo, sigue babeando mejor.

-¡Sam! -Lena sonrió por la insistente broma de su amiga- Esta bien, tu ganas la compraré, sólo espero no tenga ese precio, merece mucho más.

Diana se apresuró entre la multitud, intentaba no pisar a nadie en su andar, llegaba tarde y todo era su culpa. Bueno, en su mente no era del todo así, quizás el tráfico de la ciudad no ayudó. Con su mirada buscó entre las personas presentes de la exhibición, sintiéndose frustrada en no localizarla. Hasta que su mirada dió con la barra de comida y sonrió.

-Bingo -Se dijo a sí misma, caminando a esa dirección-

Cuando finalmente estuvo frente a ella, sonrió cuando ______ se giró brevemente a darle un gran bocado a su Hamburguesa grasosa y suspiró al masticarla. Diana viró sus ojos, no cambiaba en nada durante los años que la conoció, y aún así le gustaba.

-Siempre comiendo Srta Danvers -______ se atragantó al escuchar su nombre de repente- No te ahogues por favor -la Amazona dió leve palmaditas en su espalda, hasta que la escuchó tragar- ¡Que buenos modales!

-Llegas tarde -______ le reclamó al borde de los nervios, tomando toda su gaseosa para pasar el bocado- Gracias por venir, estoy nerviosa -la ojimarrón abrazó a su amiga-

-¿Y eso por qué? -Diana la abrazó con una sonrisa, siendo observada por un par de ojos verdes-

-Ven -______ la tomó de la mano y la llevó a su puesto de la exhibición, y en el camino suspiró- Dos horas han pasado y nadie ha ofertado en mis pinturas, creo que fracasaré este año otra vez...

La Otra Danvers (Lena Luthor y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora