Un tiempo remoto. Yo no conocía cómo era o cómo debía ser. La gente a mi al rededor decía que se llamaba Rusia, donde yo me encontraba. Un lugar bello, su clima fresco y frío que te penetraba los huesos.
Rusia tenía un conflicto, ha cometido un acto que enojó a Alemania. En busca de territorio este disturbio nació, o como mis padres le decían, guerra.
El sol golpeaba mi frente por la ventana de la carreta que se dirigía a un lugar de no sé dónde. No sabía, pero estaba sola, eso dejaba la presión atrás. Mis padres no podían aprovecharse de mi para obtener sucio dinero. Mis visiones eran solo mías, y a partir de este momento, en este paseo en contra de mi voluntad, lo serían para siempre. O algo así...—Estamos por llegar, denle el abrigo de atrás a la dama- El militar en jefe habló, dando órdenes a sus soldados.
—Sí señor- Dijo firme y claro el soldado.
Sentí como se acercó a mi y me dejó una tela peluda y abrigada en mi regazo. Me la coloqué, un lindo abrigo de piel cubrió mi viejo vestido.
—No la traten como una muñeca de porcelana, no es una visita. Al llegar lleven la con el zar. Entendido?- su pregunta retórica fue dura y amenazante. Los soldados asintieron sin chistar.
Luego de unos minutos vagando por mi mente llegamos al establecimiento del zar. Me tomaron del brazo fuertemente, pero no hablé en objeción, caminé unos metros y subí escalones grandes.
Me soltaron por fin, tirándome al suelo quedando de rodillas frente a ese que hacía temblar a todos con su presencia. Supe que me miraba, una molestia de incomodidad lo probaba.—Sabe por qué está aquí?- Dijo con su voz dura y rasposa. Yo negué con la cabeza.— Es una vidente, sus predicciones son precisas y correctas. Es la ofrenda perfecta- Mis labios se abrieron un poco al no comprender por completo lo que explicaba el zar.—Alemania pidió algo valioso, usted servirá- Sus pasos se hicieron más fuertes y cercanos a mi. Se arrodilló y me tomó del mentón con fuerza.—"Obedezca las órdenes o será ejecutada.
Ejecutada? Cómo se vería eso. Como se sentirá...
La yema de mis dedos tocaba el tocador de la vieja habitación de la residencia. El zar habló de lo que me pasaría, dentro de tres días llegaría a Alemania como ofrenda de paz para detener la guerra.
Me tendrán para uso militar y para el gobierno, solo un objeto. Mi estadía durará lo que tarde Rusia en actuar en contra del acuerdo de paz. Mi corazón dejará de bombear, seria "ejecutada", como dijo el zar.
Mis obligaciones por mientras serán aprender lo básico de la lengua alemana y su cultura, etiqueta y a ser muda.
Agarré el cepillo frente a mi y cepille mis largas hebras rojizas.
Debía saber de qué hablaban y comprenderlo, al menos un poco, pero mi opinión sería nula. Me pedirán respuestas pero mi cooperación será omisa. Mi papel será el de una educada muñeca rusa.
Mi mente volaba y no noté a los soldados entrar a mi espacio cuadrado.—Sus clases de alemán serán todos los días a las dos, sea puntual. Le quedan quince minutos antes de su clase- Dijo firme, su aire de fuerte no me convencía. Sabía que estos soldados eran miserables y confiaban en el zar para dejar de lado esta penuria.
Mis visiones eran buenas para empatizar con gente como esta, pero no quería hacerlo.
Me levanté y me dirigí a la gran puerta, esperando a que me guíen hacia el piso de abajo para comenzar este juego.—Bajaré ahora...- Un susurro fue lo que me salió. Olvidaba que había que gritar para ser oído.
Me guiaron a la planta baja, frente a un supuesto estudio en el que estaría los siguientes tres días.
Un poco cortito. Es mi primera historia y espero que me tengan paciencia.
Prometo que es una buena historia, solo es la autora que escribe para el orto.
Cualquier sugerencia, háganlas acá.
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MUCHAS GRACIAS!!!
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Eso que no sé
RomanceNevish Zamok es una vidente rusa con el don de saber el pasado, presente y futuro. Philip Dietrich es el encargado de matarla.