fake, milo manheim.

02

JENNA

LOS ANGELES, USA

-Apenas lo tenga lo traigo- dije con mi mirada cabizbaja, este hombre si que me intimidaba.

-No quiero que cuando lo tengas lo traigas, quiero que lo traigas cuando lo pido, y esta es la última advertencia Gilmore- se dio vuelta y se sentó en su enorme silla mirando fijamente a uno de los libros delante de él.

El profesor Gomez me estaba amenazando con reprobarme de su materia si no empezaba a entregar las cosas a tiempo, pero yo aseguro que ese hombre tiene algo en contra de mi, lo juro.

Estoy hasta las manos de cosas para hacer, y lo ultimo que tengo en mente es la composición química del pan.

Vivir en la gran ciudad de los famosos no es tan facil, me mudé acá por mi madrina. Ella vive aca desde hace 11 años, y como en mi pueblo solo tenia un kiosco y un parque me fui apenas cumpli los 18.

Naci en Argentina, pero vivi toda mi vida con mi papá y mi hermano mayor. De mi mamá no se nada desde que nací, tampoco me interesa saber, estoy bien con lo que tengo.

Las cosas acá son muy caras y ni mis 3 trabajos pueden solventar todos los gastos, trabajo de bartender en un bar de noche, tambien de mesera en un restaurante y hago medio tiempo de cajera en un supermercado. Sin contar que aparte de eso estudio la carrera de mi sueños, gastronomía y bioquimica en alimentos.

Siempre quise ser chef, siempre me apasionó la cocina, y venir al pais donde las estrellas tienen sus almuerzos y cenas, me inspira a querer tener mi propio restaurante, mi propio sello y ser mi propia jefa.

Estoy cursando mi ultimo año y no hay nada que me ponga mas feliz y estresada a la vez. Tengo muchas materias que rendir y cursar unas clases mas antes de que termine el año, y tengo 2 meses para prepararme para los finales y despues de las vacaciones de invierno rendir dos materias y me liberan, ya podria llamarme chef y bioquímica.

Sali casi corriendo de la universidad porque necesitaba llegar lo mas rapido posible al restaurante, ya iba 5 minutos tardes y no queria que me descuenten ni un centavo, no a fin de mes.

Cuando me toco mi primer cliente rogué en mis adentros que no fuera igual de arrogante y engreído que el que me toco ayer en el bar.

Un Hombre alto, con camisa y lentes de sol a las 11 de la noche, ya las pintas te decian todo. Se me dirigió como si de una sirvienta me tratara, y yo solo estaba haciendo tiempo a que pase mi uber.

Llegando a la mesa de este nuevo cliente veo como me mira con una gran sonrisa, un alivio pensé.

-Buenas tardes, en que puedo ayudarlo?-pregunto sacando la pequeña libreta de trabajo.

—Buenas tardes señorita, estoy esperando a mi esposa, es nuestra primera cita despues de 20 años de casados, estoy emocionado- vi como al hombre le brillaban los ojos, me inundé con su romanticismo.

-Eso es lo mas romantico que escuche en el dia señor, si me permite recomendarle la tarta de arandanos creo que seria perfecta para esta ocasión, con un te de vainilla, nuestra especialidad- y guiñe un ojo. Si lo que mas me apasionaba era la cocina, lo que le seguia era el amor.

Deseaba un matrimonio y una historia feliz, una pareja de amantes con planes juntos, cartas de amor, rosas, me fascina la idea de enamorarme.

-Muchas gracias muchacha, tengo una carta como la primera vez que nos conocimos, y me hubiera gustado traer unas flores pero no conseguí- se notaba un poco la desilusión en sus ojos.

-No se preocupe romeo que yo puedo conseguirle unas rosas, se las traigo con su pedido si asi quiere-.

-Me alegraste la tarde querida, entonces traeme la tarta de arandanos con un te y un cafe porfavor- y sin mas me fui a preparar el pedido mas tierno jamas ordenado.

Solo necesitaba un buen baño y una pelicula para estar en paz despues de un larguísimo dia de trabajo, si algo no me gustaban eran los lunes, dias como hoy son en los que no paro ni para tomar un vaso de agua, asi que no doy mas.

Cierro el bar y cuando me doy vuelta veo con una gran sonrisa a un hombre que se me hacia muy reconocido.

-Hola, Jenna verdad?- y ahi lo reconocí, era el hombre del restaurante de hoy a la tarde.

-Hola si, como sabe mi nombre? Usted es el hombre de hoy a la tarde verdad?- lo señalo por las flores que tiene en las manos, las mismas que casualmente le di hoy con su pedido.

-Asi es, me presento soy Sebastian, manager y empresario, y queria comunicarme con usted un poco mas personalmente- frunci el ceño.

-Sebastian casado por 20 años, verdad?- ya no entendia a quien le estaba hablando.

-No, solo Sebastian- dice entre risas, y puedo ver que me mintio con su discurso de hoy a la tarde- Vengo en son de paz y con un trato que me gustaria que dialoguemos, pero no se si las calles a las 2am son un buen lugar- vuelve a reir y veo como mete una de sus manos a su saco carisimo desde lejos- Le propongo que mañana nos reunamos en mi oficina a las 10am y ahi charlemos mas informalmente- dice y me pasa una tarjeta donde decia su nombre y un numero de teléfono.

-Disculpeme pero no creo que esta sea la mejor forma de secuestrar a alguien- digo irónicamente.

-Se que parece medio inoportuno, pero estamos en una situacion media complicada y la unica solucion posible quiero creer que me la podes dar vos- y ahi me confundió mas.

-Disculpeme otra vez pero insisto, no creo ayudar con nada, y tampoco lo conozco- digo y le devuelvo la tarjeta.

-Porfavor señorita, guardela y mañana decide si quiere ir o no, solo pienselo, con tan solo escuchar mi propuesta yo ya hice todo lo que estaba a mi alcance, después queda en sus manos si quiere o no- decidi agarrer otra vez la tarjeta de su mano.

Se despidió de mi y volvio por la calle de donde apareció.

Volviendo a mi casa me quedé pensando. ¿Por que seria yo la solucion para uno de sus problemas de empresario? ¿Por que tendria que creerle si me mintió con lo de su matrimonio de 20 años?

No se si lo mejor sea ir, pero como la persona curiosa que soy, ahi esta la idea.