"Dedicado con todo mi amor, para Ana Benavidez"
- Condesa Ana, quiero que clave sus dientes sin piedad, que se funda con mi sangre y que me deje con el suficiente aliento, como para darle un último beso.
Me dice como últimas palabras el Sr. Andaluz antes de clavar mis ardidos dientes en su cuello desprevenido, posado bajo mis manos de uñas larga y suaves como la muerte que estoy a punto de regalarle. El profundo rojo y aterciopelado de mis ropas, se refleja en sus ojos de placer orgásmico y latidos acelerados que marca el son de mis movimientos, era increíble como un hombre podía desear tanto la muerte a cambio de sentir el placer que entregan mis labios envenenados de la sangre de inocentes criaturas, que asesinadas, zacearon mi sed. Era de noche, la luna estaba llena y todas las tiendas de las cuidad tenían sus luces apagadas en el centro comercial de la ciudad, acepto una, la botica del Sr. Andaluz. Que en su tenue iluminar, plasmaba en una escena inolvidable su muerte bajo la tutela del frio, la sangre, el sexo, el sudor y el sadomasoquismo vampírico.
El maestro boticario tenía fama por hacer brebajes para el estomago, era un experto en la química y alimentos, era respetado y conocido en toda la cuidad, pero tenía una debilidad que lo hacía inmerso ante tan grandeza de su conocimiento, las mujeres. Aunque de edad avanzada, ya sobrepasaba los cincuenta años, arrasaba entre mujeres menores que el. Muchos lo tachaban de mujeriego, pero era más que eso, era el perfecto amante y no porque tuviera grandes dotes viriles, si no por su gran talento para escapar de los maridos, era una sombra para los demás ojos masculinos, tenia los escondites mas rebuscados de todo Londres, arriba de los roperos, en los entretechos, colgando de las ventanas, entre los abultados vestidos de las damas, inclusive saltando de balcones y de casa en casa. Todo para mantener su reputación intacta y su lívido en niveles normales, más que un simple amante, tenía una alocada obsesión por el cuerpo femenino.
Llegue a Londres después de un largo viaje por toda la Europa norte, desde Francia hasta España, recorriendo lugares y turisteando, todo auspiciado por mi eterno novio Ehioseft, que luego del viaje en Madrid me dejo a disposición su casa acá, en la capital inglesa. La casa era tan grande que me quede estupefacta, había vivido en castillos y casonas de grandes señores, mucho más grandes, pero esta resaltaba por su arquitectura moderna y detalles bastante bien pensados, prolijos en cada segmento. Por dentro era una belleza, el suelo, las murallas, los muebles, alfombras, cortinas, ventanas, todo era tan sutilmente pensado, bajo una configuración de decoración celestial que encandilaba mis brillantes ojos.
De apoco los lugareños cerca del rio Támesis, se enteraron de la nueva vecina y rápidamente comenzaron a crearse los primeros rumores. Mi ex novio el Conde Ehioseft, para los viejos pobladores, era bastante reconocido por sus gustos refinados, aun no siendo tan rico o eso aparentaba al menos, pudo costearme un viaje por Europa que por ningún motivo fue barato. Su casa, sus relojes, sus muebles de maderas clarificadas y sus adornos de joyas bellas, lo denotaban como un hombre con dinero, pero aun así, vivía en un barrio de dudosa reputación. Era querido por todos, un apostador empedernido y un fanático de cualquier tipo de espectáculo de entretenimiento básico, peleas, cartas, apuestas, perros, caballos y mujeres. En la misma casa muchas de las fotos que estaban colgadas en la sala de estar, eran de caza de animales, en algunos casos imágenes del momento del desmembramiento de la presa. Lo extraño del caso, para los vecinos, no era que una mujer tuviera las llaves de la casona, más bien era la situación de que el mismo Ehioseft no estuviera presente y dejara su propiedad en manos de una simple mujer. Y lo más extraño para la gente era mi horror diurno, hecho que creó el rumor de que ejercía la prostitución. De apoco se comenzó a levantar mas el vuelo de las palabras, Ehioseft muerto, puta manchada de sangre, propiedad roba y unas sandeces que ni yo misma podía comprender, Londres aunque tiene un encanto sin igual, no era un lugar en el que me tratasen como se merece una dama.
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Condesa Ana
VampireLa Condesa a llegado a Londres después de un gran viaje, pero el ser que esconde en su interior desata una serie de asesinatos que la encierran en una encrucijada de amor, sexo y sangre. "Gracias querida, por inspirar esta historia. Tu rebeldía y tu...