Bang Chan

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— Siempre es lo mismo contigo.

Solté una risita mirando sus labios, tomé con cuidado su cuello para acercarla hasta mi boca y atrapar estos con los míos. Me gustaba demostrarle que solo yo podía besarla.

Danae era una de las chicas más lindas de la universidad, por lo mismo, habían personas que la querían solo para un rato como si fuera un simple objeto al cual desechar. Su relación anterior no fue una de las mejores, pues su novio era un mujeriego que le gustaba tener muchas a sus pies, nunca la respetó y cuando ella decidió ponerle fin a esa situación, lo hirió en su ego, no la quería dejar hasta que yo intervine.

Fue cuando la conocí.

Digamos que fue como amor a primera vista, yo la había visto un par de veces en la universidad y en unas cuantas clases también, habían veces en las que me la encontraba por los pasillos, pero era debido a que necesitaba verla al menos una vez.

Me había flechado desde el inicio.

Nuestra relación solo se dio, decidimos dar el siguiente y ahora parece que los dos estamos contentos con lo que hemos logrado.

Porque para mí, el ser su novio era un jodido logro.

— ¿Cuál es el problema? — mi novia me sacó de mis pensamientos cuando habló. Solté una risita antes de poder pasar mis brazos por sus hombros mirando como ayudaba a Jeongin con una de las tareas, ambos estudiaban los mismo, pero estaban en distintos curso, la ventaja era que compartían casi los mismos profesores.

Jeongin lo pensó nuevamente hablando sobre el resultado que la operación había dado. Ambos estaban concentrados en realizar los dichosos ejercicios.

Física, era la materia que más odiaba, pero tenía buenas notas porque de ciega manera entendía como hacerlo. En cambio a mi novia le encantaba.

Mientras ellos realizaban sus ejercicios yo decidí recostarme en el césped, sacar mi computadora empezando a realizar algunos bocetos de canciones. Era una manera de liberar la tensión de los acontecimientos en la universidad, era mi pasatiempo favorito.

El componer música y mi carrera universitaria era algo que no tenían similitud, decidí estudiar arquitectura y formar parte de la empresa de mi padre.

Unos toques en mi hombro me hizo mirar a mi izquierda, los ojos miel de Danae me escaneaban con cuidado, me sonrió dejando un beso en mi mejilla. Tomó sus cosas y se levantó para tender me la mano y así yo imitar su acción.

— ¿Y Jeongin? — pregunté al ver que el menor no se encontraba con nosotros, tal vez me centré mucho en mis pensamientos que no note cuando se fue.

— Tenía clases de álgebra a las dos.

— ¿Tu no tenías la misma clases hoy a la misma hora? — pregunté mirando como me sonreía de manera inocente.

— Pero quiero estar contigo, además, no tengo faltas en esa clase, no me haría mal no asistir hoy.

Negué. Sabía lo aplicada que era mi novia, pero algunas veces se le safaba la tuerca y quería faltar sin motivo alguno. Era la única clase que compartía con Jeongin.

— No seas perezosa y ve. Vendré a verte cuando acabes — besé sus labios suavemente — ¿a qué hora sales hoy?

— A las siete, tengo una última clase de seis a siete y bueno. Luego debo ir a comprar un libro de cálculo.

— te acompañaré, en cuanto salga del trabajo vendré por ti ¿Está bien?

Asintió con una sonrisa, besó mi mejilla y salió corriendo para su salón de clases, si tenía suerte podría llegar a tiempo.

σ¢нσ єѕтяєℓℓαѕ єη єℓ мυη∂σ - 𝚂𝚃𝚁𝙰𝚈 𝙺𝙸𝙳𝚂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora