Eres Nuestra©

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Una vez que habíamos terminado de cenar ayude a Aitana a recoger la cocina, Papá ayudó a Aitana a secar los platos me recargue en la barda viendo a Papá reír jugando con Aitana y debo admitir que al fin lo veo feliz apesar de no recordarlo mucho. Pero recuerdo que nunca lo había visto reír o no recordaba absolutamente su risa 

- Es obvio que ni siquiera con tu llegada los haz hecho que dejarán de amarse - escuche que soltaron cerca de mi voltee de reojo viendo a el trío verme con diversión detrás de ellos estaban sus amigos mirándolos confundidos

- Aun no entiendo que sigues haciéndo aquí solo estorbas - soltó Caebran haciéndome apartar la vista de ellos sentía como el nudo en mi garganta crecía

Pase de ellos subiendo apresuradamente las escaleras entre a mi habitación, limpie mis lágrimas rebeldes me puse la pijama escuche la puerta sonar constantemente me acerque

- Ehh quería saber si estabas bien - soltó Leandro sonriendo ligeramente rascando la parte trasera de su cabeza parecía avergonzado

- Estoy bien gracias por preguntar - solté sonriendo ligeramente haciéndolo a sentir

- Esta bien, descansa - soltó dándome una sonrisa sonreí asintiendo cerré la puerta una vez vi como se daba la vuelta

Solté un suspiro negando destendi mi cama para después subirme y pasar las mantas, mire el techo solo esperaba no decepcionarlo como siempre lo hacía  

(...)

Hice una mueca sintiendo molestia en mi cabeza hoy Aitana se había tomado el tiempo conmigo, habíamos venido a comprar varias cosas para el Instituto además de que me había inscrito a el mismo que sus hijos el cual desgraciadamente gracias a las notas que mantenía en mi antiguo Instituto me pasaron un año más. Eso significa que compartiré salón clases y deportes que los hijos de Aitana realmente no sabía que esperarme

- Vamos cielo mañana a primera hora - soltó Aitana sonriendo emocionada al fin saliendo de la Dirección

- Señora Black - soltaron al unísono un par de chicas quienes no dejaban nada a la imaginación

- Oh hola chicas - soltó Aitana ¿sonriendo falsamente? mirando a las chicas frente a ellas - lo lamento pero llevamos prisa

- LA VEREMOS DESPUÉS - gritaron haciéndo que Aitana solo aumentara la velocidad sosteniendo mi mano

- ¿No te agradan? - solté confundida llamando su atención alze a Apolo cuando me estiró sus brazos

- Son algo cansas además de que creen que tienen algo con los chicos - soltó Aitana alzando las cejas quitándole importancia soltó una risa - conozco a mis hijos y se que esas chicas solo son diversión

- ¿Diversion? - solté un poco confundida viendo como me miraba enarque una ceja - ¿Que pasa?

- Eres Virgen - soltó Aitana sorprendida mirándome sentí mi cara arder apartando la mirada - oh por dios enserio

- Si bueno digamos que jamás me hablan de nada y todos me dicen que soy demasiado tierna - solté moviendo ligeramente mi cabeza haciéndola soltar una pequeña risa asintiendo

- ¿Haz tenido novios? - soltó Aitana confundida mirándome le quitó la alarma a su auto

- Solo uno - movi mi cabeza ligeramente hice una mueca subiendo a el auto había sido mi perdición - ¿papá y tu fueron novios?

- De hecho nos conocimos en el Instituto - soltó Aitana sonriendo volteando brevemente a mirarme para después volver a ver la carretera - pero después de una ruptura tomamos caminos separados y conocí a el padre de mis hijos

- ¿Fue doloroso traerlos? - solté con horror causando su risa había escuchado infinidad de veces el dolor que le cause a mi madre y ella que tuvo tres no me imagino

- Si admito que fue muy doloroso pero sin duda alguna lo volvería a hacer - soltó Aitana sonriendo con cariño infinito negó mirándome brevemente sonriendo - el ver su carita y sentirlos piel a piel crea una especie de lazo mágico, tu mami debió sentir lo mismo

- No lo creó - solté haciendo una mueca haciendo que me mirara incrédula después de estacionar el auto - ella dijo que había sido muy doloroso y que destroze su figura de infarto

- ¿Ella te dijo eso? - soltó Aitana incrédula mirándome moví mi cabeza ligeramente asintiendo negó - no lo puedo creer, solo te dijo eso cierto

- Si - mentí sonriendo ligeramente viendo como asentía mordi mi labio - ¿puedo pedirte algo?

- Claro cielo lo que sea - soltó Aitana sonriendo abriendo la cajuela tome un par de bolsas y ella tomó el resto

- En Inglaterra tenía seciones con varios doctores - solté entrando detrás de ella  viendo como volteaba mirándome curiosa solté un suspiro tenía que decírselo - ¿se lo dirás a mi padre?

- Depende de que tan grave sea - soltó Aitana moviendo la cabeza ligeramente tomó las bolsas se sentó mirándome - se que no te doy confianza pero amor puedes confiar en mi de acuerdo 

- Intente suicidarme muchas veces y puede que haya probado las drogas - solté haciéndo que me viera realmente preocupada baje la cabeza avergonzada - desde entonces estoy siendo checada cada dos meses gracias a que Rose era quien veía por mi

- ¿Rose? - soltó bajo llamando mi atención alzó mi mentón haciéndo que la viera - ¿Quien es Rose cielo?

- Fue como mi madre - solté sonriendo al recordarla ella si que realmente valía la pena - trabaje con ella desde que era pequeña y quien me encontró desangrandome 

- ¿Tu mamá? - soltó Aitana mirándome sería negué intentando que mis lágrimas no salieran se escuchó la puerta - tu y yo hablaremos más tarde de acuerdo

Moví mi cabeza ligeramente viendo como entraban sus hijos entre risas, baje la vista mirando todo lo que me había comprado Aitana Apolo jugaba con mi cabello al parecer era su favorito ya que tallaba su carita con el causando sus pequeñas risas. Sonreí mirándolo me incline dejando un beso en su frente me recordaba a mi hermano pequeño 

- Ven enano - soltó Artemis quitándome de los brazos a Apolo y dándome la espalda aclare mi garganta apartando la mirada

- LLEGUE - se escuchó el grito de Papá voltee viendo como saludaba a Aitana de beso me miro - mi bichita

- Osito - solté sonriendo viendo como se acercaba a donde me encontraba me abrazo - ¿como te fue?

- Uff demasiado bien - soltó Papá sonriendo beso mi frente mirándome fijamente - estuviste llorando cielo

- No papá estoy bien - solté sonriendo arrugando mi nariz haciéndo que asintiera no muy convencido