Vivo avergonzada, lo admito. Cualquier persona que me conozca un poco dirá que no lo soy pero eso es mentira. Lo cierto es que vivo con un peso muy grande en el corazón causado por varias cosas que me a ido aportando esta vida, a consecuencia de eso recurrí a algo doloroso físicamente pero que me alivia esa carga que tanto me desgasta. A consecuencia de esto yo e quedado marcada para siempre, y me avergüenzo dé cada cicatriz, antes no me ocurría de echo hasta hace poco las lucia con orgullo por seguir viva después de esta guerra interna que sufro cada día. Pero la gente las mira, me mira, judgan con esas miradas afiladas de desaprobación y asco. Poca gente comprende el porque de ellas y otra mucha deja de mirarte de la misma forma, te vuelves a sus ojos alguien frágil, y duele, duele ver como cambia la mirada de la persona que estas enamorando, como sus ojos pasan de amor a pena, dé repente te mira distinto, te trata como si una simple palabra en mal lugar fuera a provocar que te rompas. Aparte de esa reacción hay otra, hay gente, pareja o no, que al verlo se va te deja tirado y tu no puedes decir nada simplemente ves como poco a poco se desvanece y un día no vuelves a saber nada de ella.
