🎁;; ¡𝙁𝙚𝙡𝙞𝙯 𝙉𝙖𝙫𝙞𝙙𝙖𝙙, 𝘿𝙪𝙭𝙤! [Duxino +18]

¡Feliz navidad Duxo!

—¿Qué le podría regalar? Tengo varias opciones pero no estoy seguro... -A-

Era diciembre y Aquino había pasado días pensando en el regalo perfecto que podría darle a su novio, Duxo, le encantaba dar detalles sin importar si era algún día especial o no pero en estas fechas quería darle algo que disfrutara, algo que sea importante, algo único.

—Ugh... es tan jodidamente difícil escoger un regalo en estas fechas, no quiero dar un regalo cualquiera ¡quiero dar algo que de verdad le guste a Duxo! -A-

Pensar tanto en lo que iba a dar sentía que lo volvería loco así que para ya deshacerse del problema le pidió ayuda a la única persona en la que confiaba. Su hermana, Mictia.

Se alistó para salir de su apartamento y fue hacia la casa de sus padres, sería una visita rápida para poder ver a su hermana y pedir su consejo.

Llegó y saludó a sus madres cariñosamente para luego preguntar si su hermana estaba en casa.

—Madres ¿Mictia está en casa? Necesitaba hablar con ella sobre un tema importante... -A-

—Sí hijo, Mictia está en su habitación probablemente escuchando música, anda a hablar con ella -Habló la mamá de Aquino que era una omega de cabello lacio y corto, una contextura delgada, piel blanca, unos ojos color miel y que llevaba un vestido muy bonito hecho de seda.-

—¡Gracias mamá! Por cierto ¿por qué estás tan arreglada y con ese vestido, acaso vas a salir con mi madre? -A-

—Oh, sí pastelito, saldré en un rato con tu madre y prefería prepararme un poco antes pero creo que fue demasiado pronto, aún así espero que le guste como me veo... -Mamá de Aquino-

—Sé que le encanta, ella te ama de cualquier forma mamá ¿verdad madre?... -A-

—¡Claro que sí! Tu mamá es hermosa no importa de donde la veas... -Madre de Aquino-

Aquino se acercó a su mamá y le dio un suave beso en la mejilla para luego darle una sonrisa cálida e irse hacia la habitación de su hermana que tanto ansiaba ver.

—¡Las quiero mucho! Iré a ver a mi hermana, muchas gracias -A-

Abrió la puerta de la habitacion casi aventandola por el apuro que tenía. El sonido fuerte sacó de onda a Mictia que había estado muy relajada escuchando música con sus audífonos mientras leía un libro.

—¡Ay! ¡Me diste un gran susto hijo de puta! -M-

—Lo siento Mic pero necesito hablar contigo urgentemente sobre algo que no he podido dejar de pensar y me tiene muy estresado... -A-

—Entiendo ¡Pero no puedes venir y abrir mi puerta de golpe pendejo! -M-

—Ya... perdón hermanita... ¿Me puedes ayudar? De verdad necesito ayuda... -A-