Era de mañana, un día lluvioso y frío, con el cielo nublado y hermosas nubes grises que decoraban el cielo azul. El sol, tímido, apenas lograba asomarse entre las nubes. Era uno de esos días que me gustaban, pero hoy no parecía ser mi día.
-¡Joder, pero qué mierda! - dije, frustrado, mientras me frotaba la cabeza. Estaba intentando estudiar, pero mi cerebro no colaboraba en lo más mínimo. Nada se me ocurría, y, sintiéndome inútil, arrugué la hoja de papel y la tiré a la canasta de basura, que ya estaba llena de ideas fallidas.
Lo único que rondaba en mi mente era ese estúpido sueño que no podía quitarme de la cabeza, uno que había tenido mil veces, pero que no lograba entender.
—¿Pero qué? ¿Cómo pasó esto? —pregunté en voz baja, sintiendo cómo las lágrimas empezaban a acumularse en mis ojos. Estaba hablando por teléfono con un médico que me informaba sobre el grave accidente de una persona que ni siquiera conocía. Y, sin entender por qué, me encontraba llorando.
—Accidente de coche —informó el médico con voz seria.
—Voy de inmediato —respondí, dejando escapar un sollozo, mientras tomaba las llaves de la casa y el coche y me dirigía rápidamente hacia el hospital.
No entendía por qué soñaba siempre con esto. Ni siquiera conocía a la persona ingresada, pero la angustia en mi pecho era innegable. ¿Qué significaba ese sueño? Joder, me estoy volviendo más loco de lo que ya estaba.
Me sacó de mis pensamientos el sonido del timbre de mi celular. Era mi madre.
-Hola, mamá - dije, en un tono aburrido, mientras me tumbaba en la silla.
-Bill... ¿Cómo estás? - preguntó ella, notando mi tono.
-Ah, muy bien... Bueno, no, no logro concentrarme para estudiar por un estúpido y aburrido sueño. Bueno, no tan aburrido, porque ni siquiera conocía a la persona, y eso lo hace interesante. Además, yo lloraba, era como si esa persona fuera importante para mí, como si dependiera de ella...
-Bill, ¿qué dices? No te entiendo nada, hablas muy rápido -me interrumpió.
-Sí, yo... Lo siento -dije, apenado por lo que acababa de soltar.
-Está bien, no importa... ¿Por qué no vienes a visitarme y me cuentas bien ese sueño estúpido que tuviste? -dijo ella, soltando una risita, y yo la seguí con una sonrisa ligera.
-Okey, mamá, te veo en un rato. Besos - me despedí.
-Igualmente, cielo, nos vemos - respondió, y colgó.
Me levanté y me alisté para ir a visitarla. Siete meses sin vernos, ¿por qué? No lo sé, simplemente no éramos muy cercanos. Tal vez porque, aunque éramos madre e hijo, no nos entendíamos demasiado. Pero hoy, por alguna razón, sentí que era el momento adecuado para ir a verla.
...
Una vez que el taxi se detuvo, me subí rápidamente y me quedé ahí sentado, sin saber qué hacer.
—¿Y… para dónde va? —preguntó el conductor, rompiendo el silencio.

ESTÁS LEYENDO
El Chico Del Taxi (Toll)
RomancePero supongo que estoy agradecido con él por haberse atrevido a dar el primer paso, si no fuera por él... No nos hubiésemos conocido.