Eso fue el 7 de Marzo, compartí en la intimidad con mi Madre y mi Tía Delita porque no estaba dispuesta a festejar con quienes no se habían acercado a apoyar a mi mamá ni a jugar otra vez el papel de "aquí no ha pasado nada".
Me encontraba tan molesta con mis cuñada y sobrina por su falta de solidaridad con mi mamá que siempre y en todo los ha apoyado; durante los seis meses que llevaba en Venezuela no fueron ni una sola vez a prestar su colaboración o tan siquiera a saludar y traerle una flor silvestre a mi mamá.
No podía comprender tanta indiferencia, indolencia de gente a la que toda la vida se les contribuyó en todo; podía entender que no me tomaran en cuenta a mí porque al fin y al cabo nunca lo hicieron, muy al contrario en ese hogar se hablaba mal de mi, siempre enjuiciado mi proceder, emitiendo criticas y desprestigiandome.
Lejos de agradecer cualquier gesto mío o de respetarme me trataban con desprecio que hipócritamente pero sin éxito intentaban ocultar. Eso fué lo que ellos aprendieron, me llamaba "la loca" entre otras cosas. (como si ella no tuviese pasado, bien dice el dicho el que tiene rabo de paja no se acerque a la candela)
Sin embargo me mantuve "civicamente" callada y socialmente contenida a pesar de que recibí muchos agravios y hasta atropellos, porque son mi familia, la familia de mi hermano.
A lo largo del tiempo no faltaron en las reuniones los comentarios desagradable y burlas a las que hice caso omiso para evitar el enfrentamiento.
Ahora preguntaban que se iría a hacer en mi cumpleaños, no respondí porque no quería prestarme para una nueva celebración donde seguramente iban a venir como estaban acostumbrados a hacerlo, acudir cuando van a recibir pero incapaces de ver cuando se les necesita.
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Aventuras de Jar Li Quin
Short StoryEl Diario de una locura. El villano de esta historia, el Covit 19 y todo lo que como virus contagioso se propaga indolente causando epidemias físicas, mentales y emocionales. La lucha ardua e incesante da como resultado un final feliz, se salvó mi p...