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Felix había ido a visitar varias veces a Hyunjin y aunque el guardia lo llevaba a la habitual sala donde eran sus reuniones para discutir el tema del juicio, la verdad era que lo que menos hacían cuando estaban juntos era hablar, sus cuerpos se ll...

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Felix había ido a visitar varias veces a Hyunjin y aunque el guardia lo llevaba a la habitual sala donde eran sus reuniones para discutir el tema del juicio, la verdad era que lo que menos hacían cuando estaban juntos era hablar, sus cuerpos se llamaban como imanes, naturalmente Felix iba con la intención de estudiar más a fondo el tema de Hyunjin, de hablar de ciertos detalles que tal vez fueran irrelevantes a simple vista pero importantes en el mero juicio. Pero Hyunjin no podía mantener sus manos alejadas del delgado cuerpo de su ahora abogado.

Hyunjin jamás olvidaría aquella vez donde se propaso demasiado con los labios de Felix que cuando el guardia entro para avisarle que era hora de irse, los miró raro cuando noto el estado del abogado. Hyunjin se había mantenido con una sonrisa al recordar ese momento tan vergonzoso para Felix.

Mientras tanto, Felix se mantenía ocupado estudiando más a fondo el caso de su «cliente», no había vuelto a ver a Changbin después de aquella vez y si no fuera porque estaba totalmente ocupado, se hubiese dado el tiempo de buscarlo sólo para decirle unas cuantas malas palabras. Y era cierto que lo necesitaba para que le aclarara ciertas cosas, su ausencia le hacía más difícil el caso de Hyunjin.

Después de tanta espera, por fin mañana era la segunda sesión del juicio. Ya no estaba tan nervioso como la primera vez pero seguía ahí una pequeña molestia por regresar a los juzgados y ver esa mirada de superioridad que el juez Choi le dedicaba.

Unas ligeras ojeras se habían instalado debajo de sus ojos por el cansancio, poco dormía pues sus ojos se mantenían pegados a las hojas que dictaban un poco sobre lo que se le acusaba a Hyunjin. Su cabeza llegaba a doler en ocasiones por pensar y pensar en cómo hacer que Hyunjin fuera libre sin la presencia de Changbin que jodidamente necesitaba.

Soltó un largo bostezo y salió de su cuarto arrastrando los pies mientras caminaban hacía la cocina, se preparo un café bien cargado para que así se le quitara un poco el sueño. Sólo a él se le ocurría no dormir bien un día antes del juicio. Se tomó su café de un solo trago y se talló los ojos con las manos hechas puños, bostezó una vez más.

Se colocó sus zapatos que estaban en la entrada de su pequeña casa y salió, dispuesto a que esa fuera la última sesión que tuvieran. Deseaba con todas sus ganas tener a Hyunjin fuera de esas rejas, quería... quería que lo follara duro como le había dicho.

Mientras el transporte avanzaba hacía la cárcel, donde primero se encontraría con Hyunjin, Felix abrió su maletín para asegurarse de traer todos los papeles necesarios. No iba a negar que la ausencia de Changbin le estaba afectando un montón pues sin testigos, sus pruebas sólo quedaban como habladuría sin nada que lo corroborase.

Una vez que llegó a la cárcel y el guardia de siempre lo guió hacía la sala de siempre, ya no tenía tanto sueño y se sentía más despierto que antes por el simple hecho de volver a ver a Hyunjin una vez más. Cuando el guardia cerró la puerta detrás de él, los labios de Hyunjin se estamparon contra los suyos en un beso de felicidad. Felix, aunque sorprendido por el gesto, sonrió en medio del beso y le correspondió, llevando un ritmo lento. Disfrutando del sabor ajeno. Cuando se separaron, Hyunjin lo tomó de la mano y jugó con sus dedos.

Kıdnαpper | HчunlıxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora