Capitulo 7

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El líder de los ángeles caídos ordenó que su ejercito se retirara, no tenían nada que ganar aquí.

Teletransportándose rápidamente a un lugar seguro en sus instalaciones, siseó de la sensación de sus reservas mágicas agotándose de una manera veloz.

No pudo evitar pensar en aquel serafín que le obligó a usar su carta de triunfo que nadie más conocía, digna de su titulo como el caído más fuerte.

Dejando de canalizar magia, un agujero grande con una lanza de luz a través de el apareció repentinamente en su pecho.

Después de todo, la carta de triunfo de Azazel era una de las razones por las que cayó del cielo dejando de lado su lujuria.

Jugar con la vida era un tema delicado en el cielo, pero cuando todo se trataba de poder se volvía en algo mal visto en aquella sociedad.

Por ende, que esta técnica se centrara en alterar la continuidad del tiempo para sobrevivir no era algo de lo que el líder del cielo estuviera muy feliz.

Así que si, la lanza de luz de Naruto nunca falló, realmente dio en el blanco, solo que Azazel regresó en el tiempo para atrapar aquella lanza por dos razones fundamentales.

Su intención aparte de sobrevivir fue dejar un mensaje sobre que Grigori tiene personas poderosas, y aunque si es cierto, ya no puede compararse contra algunas de las potencias del cielo.

Mirando a la mano con la que atrapó la otra lanza de luz soltó una sonrisa divertida, aquella lanza aún había sido increíblemente difícil de atrapar aun habiendo sabido de antemano que se lanzaría y a donde apuntaba, realmente un oponente difícil de enfrentarse.

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El estaba derrotado, había fallado en una misión en la que muchas personas le depositaron su fé.

Levantando la mirada sus ojos chocaron contra el odio absoluto del demonio Lucifer.

Pero antes de tomar cualquier acción unas llamas doradas salieron en contra del Lucifer, obligándolo a retroceder.

El demonio se volteó para ver a la nueva llegada solo para sonreír maniáticamente.

"Serafín Uriel, ¿o debería de llamarte la llama del muerto?" - Se burló Lucifer.

Uriel, quien es uno de los cuatro grandes serafines fue conocido en la ultima guerra como la llama de Dios, pero debido a que este está muerto el demonio decidió hacer una broma de mal gusto con el objetivo de irritarlo.

El serafín, que tiene muchos años de experiencia en su haber obviamente no cayó ante esta descarada trampa, aunque en sus ojos se podía ver el indicio de una furia.

"Usted, el aclamado señor del infierno, Lucifer, tendrá que pagar por sus crímenes aquí y ahora" - Proclamó Uriel antes de lanzarse a una batalla con sus llamas.

Los cuatros grandes serafines son conocidos como el calibre de más alto nivel, siendo de entre ellos su líder el único arcángel en existencia, Michael.

El problema con sus escalas de poder es que todos requieren condiciones especiales para poder desatarse.

En el caso de Michael, quien es el ángel principal de la fe, necesita de estar en sintonía con el sistema de Dios el cual ha estado desequilibrado debido a que recientemente el líder del cielo había usado gran parte de su poder para sellar a Trihexa, y ahora que lamentablemente este había fallecido, parte del poder que lo hacía estar a alturas del Lucifer para tener incluso una oportunidad de vencerlo había desaparecido.

Con Gabriel era un tema más conceptual, ya que si tenía en capacidad todo su poder, pero realmente el problema radicaba en que la castidad, siendo el dominio que esta comprende, no solo se limitaba a la abstención de deseos sexuales, si no de la cualidad de ser moralmente puro, por lo que esto le limita a la hora de estar en una guerra.

Serafín Dorado | Naruto x DxDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora