Prólogo

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Seúl, Corea del Sur
Año 2016

Graduarse de la facultad de medicina y alistarse inmediatamente al ejército no era lo que Taehyung tenía pensado, pero era la única opción que tenía para poder salir de aquella casa llena de violencia y de esa manera, cortar toda relación con su padre de una vez por todas...

Sin embargo, había algo que todavía no tenía asumido, y era el hecho de que no volvería a verla a ella en mucho tiempo.

Sola, al igual que él, Jennie se encontraba en la entrada de la universidad, alejada de la multitud de familias que felicitaban a los recién graduados mientras observaba los pétalos de cerezo caer al ritmo de la brisa de primavera.

Sin pensarlo, se acercó a ella y le quitó un pétalo de cerezo del birrete. Como siempre, no se sobresaltó. Jennie era como un gato, te oía llegar en silencio y alzaba sus enormes ojos para confirmar tu presencia.

—Un pétalo —dijo él, mostrándoselo con una sonrisa mientras lo dejaba caer lentamente sobre el suelo.

Jennie sonrió. Probablemente era la primera sonrisa que había esbozado en todo el día a pesar de haber sido condecorada con la mayor excelencia académica.

—He oído que te alistaste a las fuerzas especiales.

Taehyung suspiró.

—Supongo que fue Jimin... —y ella asintió divertida—. Era de esperar que acabara soltándolo tarde o temprano.

Ambos rieron y un breve instante de silencio se instaló entre ambos. Taehyung sintió un pellizco en el pecho cuando vio que Jennie se giraba hacia él. Sus grandes ojos afilados buscaban los suyos con la intención de permanecer clavados ahí durante un tiempo, insistiendo en dejarle sin aliento. De repente, llevó la mano a su frente y realizó un saludo militar.

—Espero que le vaya bien, soldado.

Las comisuras de los labios de él se elevaron sin remedio e imitó su gesto.

—Lo mismo le digo, doctora.

Después de aquel día, no se volvieron a ver... hasta ese día.

Seúl, Corea del Sur
Enero de 2023

Fuera de la sala privada del restaurante, ajenos al ruido del interior, Jennie sentía el calor correr desde sus mejillas a todas las partes del cuerpo. El aire se sentía escaso y las piernas le temblaban.

—¿Qué significa esto? —preguntó, con la mirada sedienta sobre sus labios.

Taehyung recorrió la línea de su labio inferior con la yema de su dedo pulgar y le acunó el mentón con la mano. En sus ojos había un pozo oscuro, lleno de deseo.

—Eso significa que acepto—respondió él, ladeando una sonrisa. Jamás había visto aquella expresión en él—. Jugaré a ser su esposo, doctora Kim.

under the moonlight - [a taennie story]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora