Única Parte

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Amigas diferentes, caminos opuestos.

Valery y Samantha eran como el día y la noche, dos chicas inseparables cuyas diferencias parecían complementarse a la perfección. Valery, con su mirada única gracias a la heterocromía, siempre se sintió más cómoda observando el mundo desde la distancia. Su timidez y su naturaleza reservada contrastaban notablemente con la personalidad extrovertida y atrevida de Samantha, cuyo mechón blanco como la luna en su cabello simbolizaba su deseo de brillar y ser el centro de atención.

El último día de vacaciones de verano, ambos se prepararon emocionadas para comenzar el nuevo año en el instituto. Sin embargo, lo que no sabían era que debido a un error administrativo, terminaron asignadas a salones y horarios completamente diferentes.

 Valery se encontró sola en un salón repleto de caras desconocidas que miraban curiosamente su heterocromía, algo que siempre había hecho que se sintiera diferente. Intentó ser invisible, pero las miradas persistían, y las conversaciones se detenían cuando ella se acercaba. 

La sensación de soledad se instaló en su pecho, añorando la presencia de Samantha, su amiga que solía ser su apoyo en situaciones incómodas como esta.Por otro lado, Samantha, al descubrir que estaba en un salón diferente al de Valery, se sintió extrañamente libre. Sin la sombra de su amiga introvertida, se sumergió en su mundo extrovertido con una sonrisa radiante. 

Se sintió liberada de las preocupaciones de adaptarse a las necesidades de Valery, sintiendo una nueva sensación de libertad para ser ella misma y ser el centro de atención sin reservas. Aunque le preocupaba su amiga, la emoción por esta nueva libertad superaba sus pensamientos.

Valery enfrentaba la dificultad de adaptarse a un entorno desconocido, mientras que Samantha se deleitaba en su nueva independencia. La separación las llevó a caminos divergentes, y aunque sus experiencias eran opuestas, ambas sintieron el peso de la distancia entre ellas.

Los días pasaron y Valery se encontró cada vez más atrapada en su propio silencio en el nuevo instituto. A pesar de sus intentos por integrarse, parecía que su timidez y su peculiaridad con los ojos de diferentes colores la alejaban aún más de los demás.En el fondo de su corazón, anhelaba la presencia de Samantha, su confianza y apoyo incondicional.

Mientras tanto, Samantha disfrutaba de la nueva dinámica en su salón. Se sumergió en actividades extracurriculares, liderando grupos, participando en obras teatrales y siendo el alma de cada reunión. 

Su energía irradiante le ganó popularidad y admiración entre sus compañeros. Sin embargo, entre risas y aplausos, a veces se encontraba reflexionando sobre la ausencia de Valery. A pesar de su libertad, algo faltaba en su día a día.

Un día, por casualidad, Valery se encontró con Samantha en el pasillo del instituto. 

Valery notó la distancia que se había formado entre ellas. Intentó compartir algunas de sus experiencias en el nuevo salón, pero Samantha parecía distraída, con la mente en otros lugares y actividades. A pesar del reencuentro, Valery sintió un vacío que no había anticipado.

La sensación de ser una extraña en su propio mundo creció, y aunque anhelaba la conexión perdida con su amiga, también comprendía que ambos habían tomado caminos diferentes. 

Samantha, por su parte, se esforzaba por mantener la chispa de su amistad con Valery, pero su nueva vida la mantenía ocupada. A pesar de querer compartir sus emociones y alegrías, sentía que su amiga no encajaba en su mundo ahora más activo y social. 

A veces, se encontraba con la mirada de Valery, llena de anhelo y nostalgia, lo que la hacía cuestionarse sobre la distancia que se había creado entre ellas. 

Entre Pinceladas y Escenarios: La Transformación de una AmistadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora