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1:30PM

Si en algún momento alguien cercano le hubiera comentado la única posibilidad de estar con una estudiante de hubiera reído en sus caras, aunque justo ahora, parecía ser lo contrario.

Sus labios apresados entre los ajenos, la cercanía de sus cuerpos mientras se asfixianban en la boca de la otra.

Todo lo que hubiera estado en su escritorio había pasado al olvido al tirarlo al suelo, cargando a la rubia para sentarla sobre él y posicionarse entre sus piernas tocando sus senos con sus manos por debajo de la camiseta del uniforme estudiantil.

Abandono sus labios para bajar por su cuello, los jadeos de Chaeyoung se escuchaban como la mismísima gloria para sus oídos que eran bendecidos con sus suaves quejidos cuando mordía su piel y a su vez desabrochaba su sostén.

Las prendas cada vez molestaban más y eso se veía reflejado más que todo en Rose quien a este punto no contaba con ninguna pieza de ropa en la zona superior, sus pechos de tamaño mediano estaban al aire mientras su cabeza era tirada hacia atrás.

Los labios de Lalisa bajaban por su piel hasta llegar a su abdomen, una de sus manos pellizcando uno de sus pezones. Tuvo que cubrir su boca para evitar soltar un gemido qué hiciera que fueran atrapadas en ese momento.

Lalisa estaba disfrutando de la vista, las mejillas sonrojadas de Chaeyoung con el sudor en su frente, solo que esa mirada fue bajando poco a poco hasta llegar a la aquella zona que tanto había añorando finalmente alcanzar.

Una sonrisa ladina se instalo en su rostro al quitar con lentitud sus panties.

—¿Que estas–? —La voz de Chaeyoung fue interrumpida cuando la lengua de Lalisa comenzó a hacer maravillas dentro de ella.

Nadie pudo detener los obscenos sonidos que salían de su boca. ¿Quien diría que Lalisa fuera tan buena en el ámbito sexual después de todo?

Uno de sus dedos embestia su interior con suavidad pero a la vez con profundidad, no podía contenerse en lo más mínimo debido a eso, sosteniendo las hebras de su cabello mientras su cuerpo entraba en trance.

Su mente estaba en blanco, no podía controlar ninguna de sus acciones.

—Eres realmente sensible. —Lalisa acaricio la zona de sus muslos internos mientras se levantaba con una sonrisa de oreja a oreja—. Eso me prende mucho más. —Murmuró en su oído casi con un susurro.

Sintió el calor cerca de su piel, no podía evitar sonrojarse. Los dedos de Lalisa no habían salido de su interior y eso la limitaba a no poder responder con coherencia normal.

Pero Lalisa a este punto tampoco podía contenerse demasiado, su palpitante ereccion todavía en sus pantalones, era desesperante.

Se quito la chaqueta y la tiro a un lado, bajando la bragueta de su pantalón sacando así finalmente su palpitante miembro erecto de su ropa interior, algunos mechones rebeldes de su cabello negro azabache cayendo por los lados de su rostro.

Chaeyoung no podía dejar de verla, y eso se debe a que se veía como una maldita diosa griega.

Quien alguna vez dijo que Lalisa no era caliente estaba completamente equivocada.

—Oh por dios. —Chaeyoung no pudo contenerse de jadear, Lalisa acercándose para una vez más posicionarse entre sus piernas.

El condon se deslizaba por su falo, una sonrisa perversa en Lalisa. ¿Cuando había conseguido uno de esos?

—No te preocupes princesa, ya te lo daré todo. —Acaricio la mejilla de su alumna al morderse el labio.

Fue cuando sintió como se enterraba en lo más profundo de su interior sin piedad alguna, Chaeyoung solto un gemido estruendoso debido a su acción.

—Shh. No quieres que nos consigan ¿No es cierto? —Los movimientos comenzaron, su pene empezando a salir y a entrar de su interior una y otra vez creando embestidas constantes.

Rose de deshizo entre sus brazos, abrazándose al cuerpo de Lalisa sin poder contener sus lágrimas por el placer que estaba recibiendo en ese momento.

Pierde el uso de la razón cuando las embestidas aumentan, su pelvis se empuja hacia ella hasta lo más profundo. Ella ni siquiera puede recuperar el uso de la consciencia hasta que ambas terminan por venirse por tercera ver sobre el escritorio.

Chaeyoung se deja caer sobre el escritorio ida por su reciente orgasmo. Su cuerpo con suaves espasmos.

—Uff, eso fue excelente. —Lalisa ordenó su ropa y limpio el alrededor. Por supuesto, también encargandose de ayudar a Rose con su limpieza y su vestimenta—. Creo que después de eso tienes un 10 asegurado, preciosa.

—¿Eso acaso todavía importa Profesora Manobal? —La rubia sonrio aferrándose a la chaqueta qué ahora tenía puesta, perteneciente a su profesora—. A mi justo ahora no me importan las notas.

Una amplia sonrisa de instaló en Lalisa, acariciando una vez más su mejilla.

—¿Ah si? No pienses que te dejaré ir después de todo esto Señorita Park.

—Jamás dije que lo hicieras en un primer lugar Profesora Manobal.

Y una vez más la beso.

reprobada ━ chaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora