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La luz de la luna iluminaba el camino de dos adolescentes mientras cruzaban el mar para verse. La ojos verdes se sentía emocionada de que iba estar allí con ivy, su amante, y sabía que lo que iban a hacer era algo que se suponía no tenían que hacer. Pero, a pesar de eso, el deseo de estar juntas era más fuerte que cualquier otro sentimiento, y estaba dispuesta a correr cualquier riesgo por estar con la persona que amaba.
Mientras caminaba, Ellie no dejó de sentirse nerviosa por todo lo que podía pasar si las pillaban. Sabía que su novia, Dina, no entendería ni aceptaría lo que estaban haciendo, y eso la aterraba. Pero, al mismo tiempo, también sabía que Dina nunca la haría tan feliz como Ivy, aquella joven pelirroja que había conquistado su corazón en uno de sus tantos viajes.
Mientras tanto Ivy podía sentir cómo su corazón latía más rápido con cada paso que daba para dirigirse hacia la orilla del mar , y solo quería que todo esto terminara en un final feliz. Pero, ¿qué pasaría si no podía salir de esto inmune? ¿Quién pagaría el precio de su amor prohibido? En ese momento, su mente se llenó de preguntas sin respuesta y se sintió desahuciada. Pero, a pesar de todo, seguía caminando hacia el punto de encuentro con Ellie. Estaba decidida a estar con ella, sin importar las consecuencias.
Cuando finalmente llegó al rio, Ellie estaba esperándola con una sonrisa en el rostro. Ivy corrió hacia ella y la abrazó fuertemente, sintiendo cómo todo el mundo a su alrededor desaparecía. Estaba en un mundo de amor y alegría con la persona que más amaba, nada podía interponerse entre ellas.
La brisa cálida acariciaba sus rostro mientras caminaban agarradas de la mano. A su alrededor, los campos de trigo y los viñedos se extendían hacia el horizonte, y el sol se reflejaba en el agua como si fuera de oro. Era uno de esos días que hacía que sus corazones se llenaran de esperanzas y sueños, uno de esos días que las hacía sentirse realmente felices.
Ivy sonreía al pensar en la única persona que le estaba dando tanta felicidad en su vida. No podía creer que hubiera encontrado a alguien que la comprendiera tan perfectamente, que la llevara a vivir momentos tan increíbles como el de ese día.
Por supuesto, tenía sus reparos. Tenía otro amor en casa que ni siquiera sabía de la existencia de su chica, y sabía que ese amor no estaba bien. Esos sentimientos de culpa la consumían en secreto, pero cada vez que estaba con su Ellie, todo eso se desvanecía. Era como si su amor fuera el único que importaba en el mundo.
Ese sentimiento de culpa era lo que realmente la tenía atrapada en su relación, y lo que la había hecho guardar ese secreto por tanto tiempo. Pero a medida que sus sentimientos se fortalecían, sentía que tenía que dar un paso adelante. No podía seguir viviendo en secreto por siempre, necesitaba que su chico supiera la verdad.
un silencio incómodo se apoderó del momento, Ivy miró a su chica, que parecía tener la mirada perdida en la nada.
— ¿Qué vamos a hacer con... con esto? —tartamudeó Ivy.
Su chica no respondió de inmediato, pero finalmente la miró y respondió
— Prefiero ser feliz con la persona que me lo provoca, a estar con alguien que no — dijo acariciando la mejilla de su amante.
Ivy sonrió débilmente, pero antes de que pudiera decir algo más, sus labios se fusionaron con los de su chica en un beso apasionado.
Fue entonces que ella lo supo. Lo que sentía por su chica era demasiado grande para ser ocultado, y estaba dispuesta a todo con tal de que ambas fueran felices. Sabía que no sería fácil, y que podrían enfrentarse a muchas resistencias, pero también sabía que valía la pena para estar con la persona que amaba.
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