Cap 1: ¿Soy Estratochica?

522 77 30
                                    

Usar lo que más amas es tu contra es un golpe bajo y cobarde de parte de tus enemigos, ¿Verdad?

Amo a los animales desde que tengo memoria, he tenido muchas mascotas y he ayudado a refugios a salir adelante, he ganado muchos dinero y todo eso se los doy a los refugios que ayudo y al zoológico para ayudar a que tengan recursos.

También me gusta hacer marchas y protestas en contra del maltrato animal, ellos no merecen sufrir, no tienen la culpa de nacer en un mundo lleno de crueldad.

No sé a quién hice enojar para merecer una muerte así, simplemente no lo entiendo. Jamás le hice nada a nadie, si en verdad lo hice enojar, espero que pueda perdonarme si lo ofendí, pero si en caso de que tenga algo que ver con los animales y que no le guste que los defienda, quiero que sepa que su enojo me vale pepinos y sus opiniones negativas en contra de los animales se las puede meter por dónde no le entra el sol.

Esos eran mis últimos pensamientos antes de morir en la sala de la veterinaria en la cual trabajaba en tiempo parcial para pagar mis estudios de la universidad. Estudiaba comunicación social.

Perdí mis cincos sentidos, me asusté, no sé cuánto tiempo estuve así, no podía ver nada, ni sentir nada, no escucho nada, no siento nada de nada.

No sé cuento tiempo dure, pero escuché lo que parecía ser el canto de un pájaro, no distingo bien la raza, pero se que es un pajarito pequeño, como si tuviera seis meses de nacido.

Poco a poco pude recuperar la conciencia, escuchó el sonido de una máquina, creo que estoy en el hospital, ¿Eso es bueno, verdad?

Abrí los ojos lentamente, hay varias voces hablando al mismo tiempo, no puedo distinguir ninguna que sea conocida. Cuando mi vista mejoró, miré al techo, es blanco y hay un bombillo prendido, definitivamente estoy en un hospital. Sentí dolor al momento de moverme levemente, unas voces se acercaron a mí y ví unos doctores también acercarse.

—Pavlin, hija, que milagro que estés bien—Habló una señora de tés blanca y ojos marrones claros con una expresión de alivio. ¿Quién es Pavlin?

—Ella está bien, solo necesita descansar, en dos días le darán de alta, su accidente no fue nada grave.—Las palabras del doctor alivió a la mujer.

—Gracias doctor—Agradeció aquella mujer mientras se levanta para ir hablar con el doctor.—Enseguida vuelvo hija.—Me miró con una sonrisa dulce y salió.

Yo por mi parte me puse a pensar, yo no me llamo Pavlin, y para ser honesta, dudo que haya sobrevivido de una muerte letal contra al veneno de serpiente o el veneno paralizante de una belladona. Así que es muy probable que haya reencarnado en alguien más, y a juzgar por la vestimenta de la señora, diría que retrocedí en el tiempo. Ya he leído muchas historias de reencarnación y lo más importante es guardar la calma y no perder los estribos.

Oí la puerta abrirse y con mucha facilidad me incorporé, lo cual es raro, ya que si esta chica tuvo algún accidente nada grave, mínimo debería dolerle algunos huesos. Y dolor es lo mínimo que siento en estos momentos.

Miré al invitado inesperado que entró, una mujer de muy baja estatura, cabellos negros que le llegan a la altura de sus hombros, tiene unos grandes y circulares anteojos, está vestida con un raje formal negro y una corbata roja. En su mirada muestra superioridad y lo más sorprendente es que me resulta familiar.

—¡Cariño!—Exclamó mirándome.—Nos tenías a todos preocupados por tu accidente, ¿En qué pensabas en hacer tal horrible travesura?—Pregunta la señora de baja estatura.

Parpadeé muy bien para darme cuenta quién es la mujer que me está hablando...No puede ser...¿Ella es...?

—¿Edna Moda?—Pregunté en estado de sorpresa. La nombrada sonrió con superioridad.

¿Reencarné en Estratochica?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora